Las Cartas de Lucy40 | BARBARA BISCARO

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Anuncio en los clasificados, el amor por las ondas de radio, enamoramiento en la tele y agencias de citas. Desde que el mundo es mundo, los seres humanos inventan rituales y situaciones sociales para promover el encuentro de personas en busca de un romance, un polvo, un matrimonio, un amor bandido o una pasión imposible, por enumerar algunas de las infinitas variaciones sobre el mismo tema. Más allá de la subjetividad de cada persona, el tiempo histórico y la cultura en que se nace pueden determinar gran parte de los rituales amorosos o sexuales que formarán parte de su vida. Lo que puede parecer natural o forzado en el campo de las relaciones afectivas depende de qué rituales encontró su generación para solucionar esa gran incógnita que es el arte de encontrar una persona interesante "por ahí". Es un gran lugar común reflexionar sobre los cambios que las redes sociales y las aplicaciones de citas generan en la forma en que las personas se conocen y se conectan en la actualidad. Lo que me interesa en esta ocasión es Lucy40 y su juego de imágenes. Si la lógica es la del juego (amoroso, social, sexual), entonces la propuesta es cuestionar las imágenes que sirven de aparato para ilustrar la partida: cada uno elige sus cartas, monta su perfil y tira al azar. ¿Qué es lo que las cartas de Lucy40 revelan y esconden para el sujeto que está detrás de la otra pantalla, cuando la encuentra? ¿Qué despierta la curiosidad o aparta del tedio de los dedos ágiles pasando la sucesión infinita de fotos en la pantalla del móvil? Es la pregunta que Lucy40 lanza, cuestionando así, a través de su ficcionalidad intencional, cuál es el nivel de construcción imagética propuesta en el perfil de sus interlocutores. En un espacio donde verdad o mentira son conceptos relativos, interpretados al sabor del deseo, el disfraz pictórico de Lucy40 puede, bajo ojos inteligentes, revelar más que ocultar. Todo eso depende de la astucia del jugador, de una buena mirada para los detalles y del arte de elaborar las preguntas correctas. Partiendo del Juego de Imágenes y culminando en Cuentos de Tinder, Lucila Vilela presenta, con la astucia de quien va de farol, la potencia narrativa de las imágenes en el juego más disputado desde que el mundo es mundo: el amor.

 

JUEGO DE IMÁGENES

Jogo de Imagens (Juego de Imágenes) es una experiencia artística dentro de las aplicaciones de citas.

Se hicieron cuatro juegos en cuatro aplicativos diferentes en Florianópolis (Brasil).

Con procedimientos de apropiación, cada juego supone una curadoría de imagenes de artistas contemporáneos y/o de la historia del arte.

El perfil es siempre Lucy, 40. Y la descripción: Entrando en el juego de imagenes. ¿Alguien me acompaña?

Al final de cada juego hay una fotografía que funciona como si fuera la firma de la artista Lucila Vilela.

 

TINDER

Imágenes Tinder
Violación, de Rene Magritte (pintura/1935) | Autorretrato con máscara peruana I (fotografía/2020) | Autorretrato con máscara ecuatoriana (fotografía/2020) | Autorretrato con máscara peruana II (fotografía/2020) | Autorretrato con máscara colombiana (fotografía/2020) | Firma, de Lucila Vilela (foto: Lela Martorano, 2020)

 

HAPPN

Imágenes Happn
Sin corazón, de John Currin (1997) | Labios de rubí, de Salvador Dalí (joya/broche, 1940) | El espejo falso, de Rene Magritte (1928) | Sin título, Serie Envolvimiento, de Wanda Pimentel (1968) | La mano de Gina, de Tom Wesselmann (1972-1982) | Firma, de Lucila Vilela (foto: Lela Martorano, 2020)

BUMBLE

Imágenes Bumble
Sin título, de Miltos Manetas (2017) | Escultura de David Altmejd (2019) | Cem Monas, de Nelson Leiner (2012) | Mujer saliendo del psicoanalista, de Remedios Varo (1960) | La artista de microbio (autorretrato en Baikinman), de Giulia Andreani (2018) | Firma, de Lucila Vilela (foto: Lela Martorano, 2020)

 

Imágenes Badoo
La gran Odalisca (detalle), de Ingres (1814) | Mujer mirando, de Miltos Manetas (2013) | Betty, de Gerhard Richter (1988) | La joven de la perla, de Johannes Vermeer (1665) | Una canción de estaciones, de Angela Fraleigh (2015) | Firma, de Lucila Vilela (foto: Lela Martorano, 2020)