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Zulma Borges en Taller Alvéolo. Foto: Bárbara Scheeffer
Zulma Borges es Natural de Araranguá-SC. Graduada en Letras-Portugués/Español, Licenciatura (UFRGS, Porto Alegre-RS, 1972); Postgrado lato sensu en Historia del Arte, Facultad de Música Palestrina (Porto Alegre-RS, 1984); Graduada en Artes Plásticas, Pintura y Grabado, Bachillerato (UDESC, Florianópolis-SC, 2003); Bachillerado en Filosofía (UFSC, Florianópolis-SC, 2012). Como artista plástica, se dedica al grabado y a la acuarela y su poética está dirigida al paisaje y a la memoria. Construyó el Atelier Alvéolo para reunir grupos de artistas para pintar acuarela e intercambiar ideas y saberes.
Clóvis Werner: ¿Quién es Zulma Borges?
Zulma Borges: Zulma Neves de Amorim Borges es mi nombre. Nací en Araranguá, Santa Catarina, el 5 de Agosto de 1942. En esta ciudad cursé la primaria en la escuela Grupo Escolar Castro Alves, hoy llamada Escuela Básica. En la adolescencia, me mudé a Porto Alegre, Rio Grande do Sul (RS), donde trabajé, cursé secundaria, universidad, especialización y construí una familia. En esa ciudad inicié mi formación artística en el Ateliê Livre da Prefeitura Municipal, con cursos intensivos y regulares de dibujo y pintura, participé en exposiciones y eventos de arte. Estudié de 1978 a 1994, con una pausa de 1980 a 1991. En 1995 me mudé a Florianópolis, Santa Catarina (SC), donde en 1996 inicié la divulgación de la técnica de acuarela, en un estudio propio, y en el Departamento Artístico Cultural (DAC) de la Universidad Federal de Santa Catarina. Hoy promuevo encuentros de grupos de artistas para pintar acuarela.
Nací en una familia humilde, pero llena de afecto y mucha actividad. Mi infancia fue muy rica en juegos, amistades y objetos inventados. La creatividad infantil y la falta de dinero para comprar cosas fabricadas nos llevaron a crear los más variados juguetes con los materiales que teníamos disponibles: hacíamos muñecas con semillas grandes de árboles, sillitas con los tallos de las hojas de yuca, verdaderas esculturas artesanales. De los tallos de yuca hacíamos también juegos de varillas. ¿Y los juguetes de casita en el fondo del patio? Fuego en una cocinita improvisada con tres ladrillos y una lata de aceite abierta y martillada para no cortarnos y ollas de latas de conservas tiradas a la basura completaban la imitación de la casa de nuestra madre.
Mi papá era mi héroe; mi mamá, mi puerto seguro; mis hermanos y hermanas mayores, la extensión de mis padres, y mis hermanos menores, los compañeros de juego. Con mi papá fui por primera vez al circo, al teatro, y gracias a él vi una película por primera vez. Con mis hermanas mayores viví experiencias de teatro. Ellas montaban piezas de teatro para la comunidad. Mi contacto con el cine, la escuela, las fiestas… comenzó en la primera casa en la que viví. Ahí, además de una barbería, un bar, un cuarto de carpintería, funcionaban la escuela del barrio, el salón de baile y el cine. Un grupo itinerante presentó una película sobre la resurrección de Cristo y un documental sobre animales (el oso hormiguero). La película se proyectó en la pared. En mi visión de niña, esas cosas eran consideradas normales, eran parte del mundo familiar, pero hoy veo esa mi primera casa como un centro cultural, un espacio abierto al trabajo, al conocimiento, a la alegría, al arte, todo proporcionado por mi papá. Esos recuerdos vienen a mí como imágenes de un “espacio feliz”.
Hoy, al recordar a mi padre, lo veo como un guerrero, un pionero, un gran constructor. Él mantenía a la familia construyendo casas. También construía escuelas y balsas. Casas para que las personas vivieran, escuelas para que aprendieran y balsas para que atravesaran los ríos. Tal vez sea por eso que la palabra construcción es para mí una de las palabras más bellas que existen: construcción de moradas, de travesías, de relaciones, de cariño, de palabras, construcción de paisajes. Mi padre creaba espacios para vivir, espacios que se convertían en lugares. También construía sueños. Sabía ver gigantes en los molinos. Contaba historias reales, vividas por él, cuentos fantásticos en los que su figura siempre encarnaba al héroe. Al oírlo, yo entraba en ese mundo de sueños que él me abría, y puedo decir, con inmensa ternura, que sus historias todavía hoy tienen resonancia. Aprendo con ellas y las incorporo en los diferentes papeles asumidos ahora en mi vida, y también las cuento, porque se hicieron mías, son parte de mi mundo, constituyen también la materia del paisaje que construyo con mi cuerpo en cada instante de mi presente.
CW: ¿Quién es la artista Zulma Borges?
ZB: Mi nombre artístico es Zulma Borges. Desde pequeña me gustaba dibujar. Al inicio de la adolescencia seguía dibujando: hacía álbumes de dibujo y se los regalaba a mi familia. Hoy sé que esos álbumes eran libros de artista. Inventaba algunos dibujos, pero la mayoría eran copiados. Dibujos en blanco y negro, otros pintados con lápices de colores. Me acuerdo que hice tres álbumes. Uno se lo di a mi hermana mayor, otro se lo di a una cuñada y el otro me lo dejé. Ya no existen. Eran cuadernos con hojas de dibujo, en tamaño A5. En la época de la escuela, le hacía los dibujos as mis compañeras en las clases de dibujo. Eran dibujos de observación que la profesora exigía. Ellas me lo pedían y yo se los hacía. También pintaba con tinta china. Me acuerdo de un dibujo en particular que era con tinta china y lápices de color amarillo y anaranjado. Estaba enmarcado y colgado en la pared de la sala de nuestra casa. No se donde está hoy. A pesar de mi interés por el dibujo, nunca soñé con ser artista. No tenía contacto con artistas. El único cuadro que yo sabía que existía era el de la Primeira Missa en Brasil, de Victor Meirelles y que me encantaba verlo; estaba impreso en el libro de la escuela. En Porto Alegre fue donde surgió la oportunidad de aprender a pintar y a dibujar, yendo a cursos, participando en exposiciones, eventos, encuentros y festivales de arte. A pesar de que en esa época trabajaba como profesora en la red estatal de enseñanza de Rio Grande do Sul, siempre encontraba tiempo para dedicarme al arte. Fue cuando fui a vivir en Florianópolis, en 1995, cuando empecé a dar clases y talleres de acuarela.
Zulma Borges. Paisagem de encosta. Fotografia: José Carlos Rocha.
CW: ¿Cuál es el tema y la técnica de sus trabajos artísticos?
ZB: A pesar de haber realizado trabajos en tela con acrílico, escogí la acuarela y el grabado en metal como técnicas para expresar mi arte, en trabajos bidimensionales o libros de artista. He trabajado con libros de artista. Construir un libro es poder recortar y reunir mundo de vivencias, sintetizándolas en una forma de expresión. Un libro de artista conserva la intimidad como un diario, pero como libro, se ofrece para la literatura. Aprendí acuarela con acuarelistas de renombre en los diferentes cursos que hice; el principal fue Norberto Stori. Además de exposiciones individuales y colectivas, destaco la participación en la primera Exposición de Arte 10 x 10, de la Fundación Municipal de Artes de Montenegro – RS, en 2007, con los mini libros Paisagens Imaginárias; en el Proyecto Pretexto del SESC (2008), con el trabajo La escribanía de Paul Klee, y la participación en la MOSQ – Fundación Hassis, en 2015.
El arte del grabado vino después, en la carrera de Artes Plásticas en la UDESC, con los profesores Geraldo Mazzi, Nara Millioli y Sandra Fávero. Practiqué grabado durante la carrera y en el Proyecto de Extensión Grabar Grabando Grabado, de la UDESC. Continúo practicando en mi estudio de grabado y participo en exposiciones en esa técnica, entre ellas, Gravura Contemporânea – vestígios singulares, proyecto de exposición itinerante del SESC, del 2012 al 2017, con grabados de la serie Horizontes, y las ediciones del “Proyecto Almacén”, de Juliana Crispe, con libros de artista y grabados en metal. El “Proyecto Almacén” existe desde 2012, cuando fue la primera edición, con exposiciones en varias ciudades de Santa Catarina y locales expositivos en instituciones de Florianópolis.
El tema de mis trabajos artísticos es el paisaje en su sentido amplio. Antes de comenzar la carrera de Artes Plásticas en la UDESC, ya realizaba estudios de paisajes. Me gusta pintar paisajes y me siento feliz cuando entro en contacto con ellos. En el transcurso de la carrera, surgieron cuestionamientos sobre el tema. ¿Qué paisaje es ese? ¿Dónde está ese paisaje que estoy pintando? ¿Cuándo se puede decir que hay un paisaje? Entonces me dí cuenta de que necesitaba reflexionar sobre esas preguntas para descubrir cuál era la relación entre el paisaje que pintaba y mi vida, cuáles eran los significados que esos paisajes me traían. A medida que fui construyendo mi trabajo artístico y nuevas lecturas se sumaban a las anteriores, se amplió mi visión de paisaje. Cada uno de nosotros puede construir su propio paisaje. Yo los construyo a partir de mi memoria. Ese paisaje parte de la primera mirada. La mirada que ve hacia dentro, que primero vio alrededor (hacia fuera), pero que ahora se sumerge hacia dentro del ser que lo vio y lo vivió intensamente. Es con mi visión de hoy, que veo el pasado en otra dimensión. Y es, entonces, a través de mis contactos con el mundo que veo mi paisaje. Mi visión se extiende a todas las realidades afectivas que constituyen la materia de mi existencia. Esas realidades son mis vivencias. Al rescatar mi paisaje personal, me inserto en el tiempo entendido como duración, en que la memoria intercala el pasado con el presente, condensándolos en una única intuición. Mi experiencia intuitiva interior se une a mi memoria y rescata de ella lo más precioso de mis recuerdos, y porque esos recuerdos se me muestran, paso a vivirlos en mis trabajos plásticos con la “actualidad” de este momento de mi existencia.
De esta forma, en mi experiencia artística, los momentos vividos, que son mis recuerdos, constituyen el paisaje-recuerdo de la memoria. Me importa sobre todo pensar cómo estoy viviendo en tiempo real ese paisaje interior. ¿Qué paisaje es ese que la conciencia me está revelando? Re-veo los lugares donde viví y percibo que los lugares son los mismos, pero el paisaje es otro. Cuando digo que el paisaje cambió, me refiero al paisaje exterior, porque aquel del recuerdo, el que construyo en mi presente, es el paisaje que traigo a la memoria: el zacate verde, la fuente, los muros, los caminos, el bosque de bambúes, la cosecha de almendras, la iglesia en el patio y yo, en cuerpo y alma, integrada en esa naturaleza y en ese mundo, con las personas de mi vida cotidiana; la mesa puesta, la familia reunida, los jugos en grupo, la complicidad. El paisaje interior subjetivo no cambió, pero lo encuentro transfigurado, porque ahora lo enriquezco con las experiencias de mi presente; se suma a las experiencias actuales, se mezclan, se hacen presente en lo que soy ahora, al mismo tiempo que apuntan al futuro. En el espacio poético de mis trabajos, éstos vuelven presente el “ahora” del pasado, están en el pasado, pero al mismo tiempo están aquí.
El conjunto de imágenes que traigo al presente se libera de la visión nostálgica que piensa el tiempo anterior como ausente y remoto. Las imágenes que re-veo participan del momento que vivo ahora y las retomo, consciente de su valor como materia de la existencia. Esas imágenes de mis recuerdos se construyen por relaciones afectivas. Siento esas relaciones como imagen poética, pues ellas no están ya en el pasado, se hacen ahora, en el presente.
Zulma Borges. Livro de Artista. Fotografia: José Carlos Rocha.
CW: ¿Cuál es el papel del arte en su vida?
ZB: El arte tiene un papel fundamental en mi vida. Todo en la vida es arte, la propia vida es arte. Por medio del arte, trato de encontrar la razón de estar en el mundo. Eso me lleva a pensar en el hombre primitivo. El hombre empezó a tener conciencia de sí cuando creyó que, por sus dibujos y pinturas, podría vivir mejor. El gesto dadaísta de Duchamp abrió una nueva visión sobre el arte. Pero el origen de todo está en gesto de la supervivencia del hombre primitivo. Al imprimir la primera línea en piedra, tal vez no se estaba dando cuenta de que ese era el inicio de una historia sin fin. Es en la prolongación de su gesto que encontramos el gesto de Duchamp y de todas las personas que hacen del arte una experiencia de vida. Una experiencia que comprende nuestras relaciones y los gestos simples de lo cotidiano.
No me considero una profesional del arte. Practico arte para sentirme bien conmigo y con mi prójimo. Divulgo el arte porque amo al prójimo y deseo que él se sienta bien practicando y conociendo el arte. El arte nos libera y nos renueva. Veo como una alabanza esa entrega a la producción de arte, que exige reflexión, pues, de cierta forma, nos vemos “forzados” a entrar en contacto con nuestro interior; ese enfrentamiento del cual no conseguimos escapar y, tal vez ni queremos, al contrario, cavamos hondo. Ya llegué a la conclusión de que no debemos dejar nada escondido en los cajones. De esa forma, estaremos libres para otros quehaceres de la vida, incluyendo, definitivamente, los quehaceres del arte.
CW: ¿Qué estudios e investigaciones realizó/realiza en arte?
ZB: Como investigación teórica, realicé las exigidas por la carrera en la graduación y la especialización. Sobre Cecília Meireles en el área de Literatura y sobre mi producción de arte, en el área de Artes Visuales. No me considero una teórica del arte y sí una practicante y estudiosa de la historia del arte. Mi producción es práctica y no teórica. Sin embrago, por la exigencia académica en Artes Visuales, foco de esta entrevista, realicé el Trabajo de Conclusión de Curso Paisaje y memoria: paisaje como vivencias. En este trabajo (2003), hablo de mi producción en arte acompañada de reflexiones personales y de los referenciales teóricos que fundamentan mi investigación.
Como el tema del paisaje asociado a la memoria ya era parte del trabajo práctico que estaba desarrollando, asocié el paisaje a la vivencia. Todos mis trabajos prácticos son, básicamente, sobre mi vivir afectivo, mi recorrido de vida. La vivencia tiene, entonces, en ese sentido de recorrido, mi relación afectiva con la naturaleza, con la casa, con los animales de compañía, con las personas de la familia, con los amigos, con lo cotidiano. Mi relación consciente con la realidad me llevó a articular esta investigación con los principios filosóficos de la fenomenología. A la luz de esos principios busqué, en este trabajo, para la reflexión sobre mi producción en arte, rescatar la existencia como paisajes de relaciones con el mundo. Derivé de este objetivo general tres objetivos específicos: desarrollar la idea de paisaje como yo la presento en mi trabajo plástico, reflexionar sobre el paisaje como lugar de vivencias y como memoria e interpretación de mundo, y pensar mis trabajos prácticos traduciéndolos como paisajes de relaciones con el mundo.
CW: ¿Qué actividades artísticas realizó en la UFSC?
ZB: En la UFSC participé en varios eventos, encuentros, cursos y exposiciones.
- I SEPEX (Semana de Enseñanza, Investigación y Extensión), doncente del taller Workshop de pintura en el asfalto, con o GRAAL, grupo de artistas de la UDESC, del 6 al 8 de noviembre del 2000.
- Exposición colectiva À mesa com artistas catarinenses, en el Simpósio Sul Brasileiro de Alimentación y Nutrición: Historia, Ciencia y Arte, del 26 al 28 de abril del 2000, en conmemoración de los 20 anos de la Carrera de Nutrición de la da UFSC.
- Docente del taller de Acuarela en el Departamento Artístico Cultural, en el período de 1996 a 2005.
- Docente del taller de Arte, A arte nossa de cada dia, en el primer semestre de [2009?].
- Miembro de la Comisión de Arte de la Galería de Arte, para selección de los artistas expositores en la entonces Galería de Arte de la UFSC, en el período de 2008 y los años siguientes.
- Curaduría de la exposición Cuerpo masculino, miradas femeninas, en la Semana Ousada de Arte, de la Secretaria de Cultura e Arte, en setiembre de 2009.
Otras exposiciones en la UFSC:
- Paisaje y memora, Galería de Arte, exposición individual, acrílico sobre tela, julio de 2003.
- Recorridos, Galería de Arte, colectiva del Grabar Grabando Grabado, proyecto de extensión de la UDESC, del 17 de noviembre al 3 de diciembre de 2004, curaduría de Sandra Fávero.
- Ideario para libros, Galería de Arte, colectiva do Grabar Grabando Grabado, proyecto de extensión de la UDESC, exposición de libros de artista, del 6 al 29 de agosto de 2008, curaduría de Sandra Fávero.
CW: Pensando libremente: ¿Cuál es el proyectos artístico de sus sueños?
ZB: Fueron varios proyectos artísticos en el transcurso de la vida, y todos se realizaron. El primero fue dar talleres de acuarela con el objetivo de divulgar la técnica. Inicié esta actividad en 1996, en el DAC, y en mi propio atelier. El segundo fue hacer la carrera de Artes Plásticas en la UDESC, hoy Artes Visuales. El tercero fue promover encuentros entre acuarelistas para pintar al aire libre. Con los que era mis alumnos de los talleres y del atelier, salimos muchas veces a varios puntos de esta isla, pero fue un proyecto que no continué. Sin embargo, hoy participo en un grupo que practica periódicamente acuarela en contacto con la naturaleza, coordinado por un amigo acuarelista. Finalmente, como proyecto de mis sueños, pudo citar la construcción del Atelier Alvéolo, y que yo le llamo “sueño realizado”, un espacio construido para reunir grupos de artistas para pintar acuarela, sin dar clases, pero con intercambio de ideas y orientación de quien conoce la técnica desde hace más tiempo. Atelier Alvéolo existe desde junio de 2014, funcionando activamente en un sistema de coworking, donde las personas se reúnen para pintar, intercambiar ideas, exponer y divulgar sus trabajos en ferias y exposiciones colectivas o individuales. ¿Dificultades? No hubo. Para realizar este proyecto sólo fue necesario decidir el momento de ejecutarlo. Era un espacio esperado por los acuarelistas, un espacio de trabajo y de exposición. En el Atelier Alvéolo, la mano trabaja y el corazón se expande.
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Entrevistada por:
Clóvis Werner es Coordinador Artístico Cultural en la UFSC, bachiller en Historia, Master en Educación y Cultura.