Entrevista con Jussara Xavier | ANDERSON DO CARMO

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Anderson do Carmo: En el texto de apertura de "Múltiples Escritas" decidí tomar como punto de partida para mi escritura lo que parecía ser un primer texto de "Múltipla Danza": la curaduría que hiciste con Marta César. Me he centrado en tres verbos: saber, querer y mover. Esto ocurrió principalmente porque lo que para mí se presentaba con más fuerza en la acción curatorial era "conectar para crear sentido". Como hablamos de danza contemporánea, y en este territorio la fricción entre teoría y práctica - asi como la transitoriedad - es un elemento casi ontológico en las definiciones, comienzo esta entrevista por algo que parece ser el punto de estabilidad en el entendimiento de la contemporaneidad en la danza: ¿la multiplicidad todavia es la "regla" en la danza contemporánea?

Jussara Xavier: La danza contemporánea es un campo de acción que incluye producciones muy dispares y, en este sentido, la multiplicidad como un conjunto de diferencias es un sello distintivo de su territorio. Esta multiplicidad es el resultado de un importante principio de desarrollo: la libertad de pensamiento. Creo que una composición puede forjarse en los verbos que subrayaste: el deseo de saber, de querer, de moverse. Y estos deseos siempre son únicos en cada persona! Desde el principio, desde la primera edición de "Múltipla Danza" en 2006, Marta y yo hablamos sobre la organización de un encuentro de artistas interesados en el intercambio, disponibles para bailar,  ver, hablar, escuchar, aprender y enseñar. Creemos en la fuerza de la diferencia, y además, en el poder que otorga el juntar (suponiendo que existe un interés, una actitud de apertura y generosidad) diversos modos de estar.

A.C.: El Festival "Múltipla Dança" empieza en 2006 y ahora en 2014 celebra su séptima edición. Observando las demás acciones curatoriales, creo que este año ha sido ejemplar en el sentido en que Agamben toma el "ejemplo" en su "Cominidad que viene": una huída de la supuesta oposición entre universal y particular. Creo que es una curaduría ejemplar porque las disparidades, asimetrías y diferencias de otros órdenes en la fuerte presencia del solo, se presentaban como vectores de desplazamiento de la función del tema del sujeto de la danza hacia el acontecimiento de la danza. Pero una palabra que aparece en tu primera respuesta a veces parece como una trampa en las obras de danza contemporánea, y en las obras elegidas para la programación - especialmente en suelos - se visita de manera interesante: la libertad. Como demanda fundadora de esta contemporaneidad, la libertad comenzó a mostrarse como premisa creativa, y en la actualidad - en algunas áreas, no todas, claro está - es un imperativo: sea libre! La primera relación que me muestra esta transformación - demanda, premisa, imperativo - es que no habría revolución libre de convertirse en dictadura. La segunda es una pregunta abierta, para la que los trabajos de Denise Stutz, Michelle Moura, Alejandro Ahmed y Luis Garay junto con Florencia Vecino resultan claves: ¿cómo manejar la libertad para que no se vuelva restricción? Y ¿cómo no victimizarse por las restricciones? ¿Cómo - al igual que el Narciso evocado en el texto de apertura - no perderse ante la imagen? La libertad es el rasgo fundamental de todos estos artistas, sin duda. Pero ¿qué es lo que en sus elecciones "dosificaría" esta libertad hasta el punto de que sea real en función de su contexto - en especial lo que las une en "Múltipla Dança 2014" - y no una imagen que tienda a restringir?

J.X.: En el territorio de la danza contemporánea no hay un modelo único de acción, sino una combinación de diferentes obras entre sí. Algunos se acercan al teatro, otros a la performance o al circo... Algunos trabajan con la danza clásica, con  hip-hop, otros crean sus propios métodos de entrenamiento... Algunas creaciones escapan totalmente del campo que los motiva - la danza - generando un gran extrañamiento, y arrastrando hasta la expresión de la opinión pública un "pero esto no es danza!". Estos últimos cuestionan los fundamentos mismos de la materia que llamamos danza. La libertad, según la etimología griega, significa exactamente la libertad de movimiento. Pero la libertad implica opciones. Sabemos al entrenar la técnica de danza x, el cuerpo se especializa y gana posibilidades de acción en esta misma técnica. Y al mismo tiempo excluye otras posibles. Quiero decir, se obtiene la libertad de movimiento en la técnica x pero a la vez se aleja de y, z, etc. Es decir, la conquista de la libertad está siempre ligada a la responsabilidad de la elección. No se puede hacer todo. La libertad para mí se conecta con la capacidad de realizar un deseo, sea en el sentido de efectuar, hacer algo real, sea en el aspecto de la completud. Y hay una palabra, muy conectada a la danza contemporánea que regula esa libertad: la experiencia. Pues es en la experiencia donde tú elijes, compruebas hipótesis de acción y consigues, incluso, entender una palabra tan importante como esa - libertad. ¿Cuándo me siento libre? Mi experiencia me dice que esto ocurre cuando tengo un deseo satisfecho. Y entonces, me acuerdo de otra frase citada en el texto de apertura, de Pina Bausch, que dice que su búsqueda, sus preguntas, no cesan nunca, que ella siempre tiene la sensación de acabar de empezar algo. Creo que el ser humano es alguien que siempre desea y pasa a querer otra cosa. Y eso funciona para la danza. Aprendo una pirueta y celebro, momentos más tarde no es suficiente, tengo que hacer dos. No es sólo una cuestión de cantidad, sino de calidad, de estar vivo. Veo esta condición en el trabajo de los artistas que citaste, una actitud de búsqueda, de querer descubrir, investigar, realizar, de ejercer la propia capacidad de libertad. El cuerpo que estos artistas trabajan no es un punto de llegada sino de partida, siempre hay algo por descubrir; no se toma como un tesoro que debe ser conquistado, que se debe proteger, guardar y mantener, sino como un lugar de potencia que mantiene un deseo infinito y por eso está siempre en movimiento, en proceso. Un gran artista o un investigador está naturalmente insatisfecho; incluso consiguiendo, nunca consigue! Y ahí existen apenas momentos de libertad. Quedarse excesivamente unido a uno mismo, a un cuerpo, a una persona, a una danza, no parece la libertad, sino esclavitud, inercia. Ser libre es lo contrario a ser completamente dependiente de algo. Hay gente que puensa la libertad como sinónimo de poderlo todo. Yo creo que debemos perseguir lo imposible (sospecho que estamos hechos para ello), pensar el cuerpo como potencia, pero eso sólo puede ocurrir a través de elecciones, de un movimiento y no de todos no porque sino sale cualquier cosa. También hay algunas personas que entienden superficialmente el campo de la danza contemporánea como un lugar donde todo vale, y ahí está el riesgo de ir por ahí haciendo tonterías considerando que están arrasando… La danza contemporánea se refiere  más  a una actitud y menos a una imagen. Está vinculada a las fuerzas más que a las formas. Ser libre da mucho trabajo. Estos artistas que citaste ponen en el cuerpo y en escena preguntas vivas. Al mismo tiempo, diseñan respuestas que los mueven no sólo a ellos mismos sino también al público (si es que tienen un interés mínimo, por supuesto), cada uno a su manera, pero todos con meticulosidad en el trabajo, la investigación y la composición. Gozan de su libertad con todo su potencial en lo que hacen. Percibo una experiencia exigente, veo en sus obras un compromiso radical con la vida, con la danza. Hablaste de restricción. No conozco a nadie que no lidie con restricciones todos los días. Creo que el ser humano es muy liminado y que tal vez nuestro mayor desafío sea precisamente descubrir cómo superar esas condiciones restrictivas. Siempre. En cualquier campo de acción. Marta y yo siempre trabajamos con un presupuesto limitado y, paradójicamente, ejercemos nuestras tareas con libertad. No conseguimos traer espectáculos del otor lado del mundo porque los gastos de transporte (personas, paisajes y equipos) son altos; no consguimos traer compañías numerosas porque suben los gastos de alojamiento, comida y caché. Nos gustaría incluir la TV en nuestro plan de medios, viajar para asistir a espectáculos, participar en otros festivales, pero tampoco lo conseguimos. Y no es sólo la falta de dinero, sino de tiempo, y podría citar también otros factores. Todo el tiempo reconocemos nuestras limitaciones y tomamos decisiones que nos permitan seguir en acción. Podríamos matar el proyecto justificando que hay demasiadas restricciones. Y lo son. Pero somos más libres haciéndolo,, pues no son las restricciones las que mandan, lo que nos determina, sino la oportunidad de realización y de cambio de este contexto que es Florianópolis, Santa Catarina. Tomamos decisiones y encaramos el desafío de pensar juntas en soluciones que garanticen la existencia de cada año. Esto incluye errores. Por supuesto que siempre quisimos hacer una buena edición como esta última, que fue muy elogiada, especialmente por nuestros compañeros, eso nos encanta. Pero siempre hay un riesgo. Así como hablamos de multiplicidad de danzas, reconocemos la diversidad de públios. No hacemos algo para nuestro ombligo, pero tampoco esperamos complacer a todo el mundo (técnicos, artistas, proveedores de servicios públicos). El riesgo es inevitable y necesario para que podamos madurar.

A.C.: Partiendo de este entendimiento de que el cuerpo de esos artistas es punto de partida y no de llegada, y yuxtaponiendo esto a la responsabilidad de elección que conllevan las capacidades individuales de realización de esa libertad de movimiento, llamo la atención sobre algunas pistas que se presentaron dentro del "Múltiples Escritas" y que creo que pueden crear sentido para continuar: una colección de "yo" que monta la curaduría presenta una comprensión radical y casi implosivo de lo que es la danza. Como dijiste "los cuerpos se efectúan por sus elecciones" y especialmente en el "Fole" de Michelle Moura - por cierto el único que tenía dos escritos producidos dentro del proyecto - la elección del exceso y la exageración demole las formas de entender la "naturalidad" que habían sido discurso común de la contemporaneidad por un período considerable de tiempo. Es una danza "over", una no-danza donde lo grotesco y lo bello se vuelven sinónimos. En otro extremo "O tempo do Meio" de Esther Weitzman Dance Company fue minoritaria como pieza de grupo en medio de los solos y, a pesar de ser en cierto modo la más próxima a un entendimiento tradicional de la danza no disociada del movimiento, representó casi un cuerpo extraño en la programación, fortaleciendo paradójicamente todo lo que parecía unir a los demás trabajos. A estas dos pistas, yuxtapongo una tercera: de todas las actividades para las que previmos cobertura, el diálogo sobre la sostenibilidad apenas fue cubierto; no había interés en cubrirlo y ninguna de las personas que invitamos podía asumir esa responsabilidad.
Todas estas pistas, en mi opinión, se "resumen" así: un interes significativo en una revisión sobre la relación de la danza con la emoción, la hostilidad hacia un trabajo donde - contextualmente, está claro - el protagonismo es más de los intérpretes y menos del acontecimiento de la danza y una dificultad para abordarcon fluidez la relación economía-danza. ¿Estos micro-choques son proprios/necesarios de la danza contemporánea? ¿es posible o deseable que se diluyan?

J.X.: Cuando hablo de danza contemporánea me refiero exactamente a las esferas de la experiencia que valoran el choque y alejan el ideal de consenso. Danzas que contradicen la afirmación de una ley global que sirva de orientación para todos. Es un campo de disidencia, inclinado a inaugurar procesos de quiebra en relación a configuraciones instituidas de producción y percepción. En este contexto, veo modos de danza fabricados en una confrontación radical con la realidad, capaces de provocar otros pensamientos y miradas al mundo. También es común que se dé un choque entre la obra y el espectador. Un choque físico. Y la diferencia también se desarrolla en este "entre". Este choque einteresa a la propuesta de "Múltipla Dança": provocar encuentros que, de alguna manera, transforman a sus participantes. Sabemos que la capacidad de afección de una persona siempre es única y que cada espectáculo nunca será el mismo para todos. Lo que nos interesa es ofrecer posibilidades que causen algún impacto, alguna provocación, aunque sea a nivel micro, como tú dices. Quedé muy contenta de haber conseguido traer a Esther Weitzman Cia de Danza para el festival. Mi tesis doctoral trata de la danza contemporánea como un acontecimiento, a la luz de Deleuze, considerándola como un tiempo único en el que presente, pasado y futuro se cruzan. Esta mirada al tiempo, la propuesta de pensar qué sería este "tiempo del medio" me interesa mucho. Me gusta pensar en la etimología de la palabra curaduría, del "curare" latíno, que significa cuidado. Así que estoy contenta de dejar espacio a un grupo profesional con un historia de 15 años de existencia como el de Esther, y ver en escena  bailarines con 40 o 50 años de edad. También admiro su labor pedagógica, y siempre me llamaron la atención las propuestas que hace en Studio Casa de Pedra. Para mí, uno de los encuentros más apreciados del festival este año fue con Esther, poder conocerla en persona, haber asistido a su taller. Todos los que asistieron a sus clases y con los que pude hablar salieron realmente tocados por ella. Es una persona que te saca de tu zona de comodidad, que te ofrece un choque, te empuja más allá. Por otra parte, cuando Marta y yo pensamos la programación del "Múltipla Dança", no sólo estamos concentradas en los espectáculos, sino también en la variedad de oportunidades de conocimiento que puede proporcionar cada invitado.
Trazas ya muchas respuestas en tu pregunta. “Fole” de Michelle Moura es un trabajo que ofrece cuestiones interesantes, como la no-separación entre moción y emoción; la materialidades del sonido; la voz como movimiento; la indisociabilidad entre experiencia visible y experiencia cinestésica; la construcción de una corporeidad; la verificación de un conocimiento encarnado capaz de desencadenar extrañas direvas… Es un espectáculo que da cuenta de un recorrido de investigación, singular y riguroso, sobre un estado corporal intensivo. Es impresionantes ser testigo de su capacidad de contagio. Varias personas comentaron cómo los movimiento de la bailaria resonaban en sus cuerpos. Lo que ocurrió fue un modo único de interacción, potente, incluso, para desencadenar más de un texto.
Y de hecho, los diálogos que ofrecen temas como la relación entre economía y arte, los mecanismos de apoyo y financiación a la danza, las representaciones de clase... nunca reunen a mucha gente. De hecho, ocurre lo contrario: siempre son pocas y casi siempre las mismas personas las que aparecen. Aún así, consideramos que es importante mantener estos foros de discusión. De alguna manera, sirven para fortalecer la danza como campo autónomo de producción de conocimiento y práctica profesional; para fomentar la implicación personal en un colectivo; para compartir problemas y soluciones. Tal vez para aprender a vivir juntos. Llamar la atención sobre lo que podemos hacer juntos, en un país donde la danza sigue viéndose como un accesorio. El espacio que le damos a estos diálogos también sirve para destacar la importante labor hacen que algunos profesionales de la danza, participando en colegiados, consejos de cultura, presidiendo asociaciones, en fin, ese tipo de responsabilidad de la que casi nadie quiere hacerse cargo, pero que es esencial para el reconocimiento de los profesionales de la danza en la sociedad, para el desarrollo de un verdadero mercado de danza. Los golpes, los contras están por ahí todo el tiempo en la danza contemporánea. Creo que es saludable porque nos hacen crecer, madurar, revisar y profundizar nuestras elecciones. La palabra "hostilidad" me aparta, suena agresiva, pesada. Mi lucha es otra: cultivar intereses por la danza contemporánea, aproximar personas, es decir, diferencias. Si hay algo que me gusta que se diluyese en este campo es la arrogancia y la prepotencia de algunos artistas y teóricos de la danza. Estos profesionales pueden ser la "guinda del pastel", pero no interesan en el sentido en que entendemos "Múltipla Dança".

A.C.:En todos estos conflictos de los que hablas, percibo la presencia de la crítica; tanto a escala macro en cuando a cómo se entiende actualmente a la danza como en la micro-escala de Múltipla Dança. Como problemática del propio evento enpresada en la presencia de "Múltiples Escritas" y de nombres como Ana Francisca Ponzio, Sandra Meyer y Joubert Arrais, veo voces que se preguntan, y me pregunto, cómo proseguir en la acción crítica y cómo reinventar la relación entre artistas y críticos, artistas y público, crítica y público. Me gustaria que hablases de la acción de la crítica dentro del evento y dejo como pregunta final - sabiendo de la imposibilidad de responder de manera adecuada - si tenemos que cambiar estas relaciones (artista-crítico-público) y si éste sería un camino prometedor.

J.X.: Me atrevo a decir que necesitamos cambiar, antes, la educación artística en la enseñanaza regular (no voy a comentar la debilidad del sistema educativo brasileño, la disfunción cognitiva que se da y que percibo en mi condición de profesora universitaria). Se recomienda la enseñanza de la danza (junto con el teatro, la música y las artes visuales) pero aún sigue dándose mayoritariamente como actividad extra-escolar. La crítica artística debería ser una poder de todos y, sin embargo, lo que sucede hoy en día es el exceso de opinión. Estoy de acuerdo con Deleuze cuando dice "es de la opinión de donde viene la desgracia de los hombres." La crítica se opone a generalizaciones, respuestas fáciles, apresuradas, equivocadas, repetitivas; al contrario, es un esfuerzo de pensamiento, es decir, una fuerza creativa, un examen reflexivo de las cosas, una elaboración de sugerencias. Paradójicamente, en la actualidad hay poca curiosidad e interés (que se queda en la apariencia), una pereza acompañada de un exceso de dicursos, en mi opinión, vacíos y mediocres. Modalidades egocéntricas de comunicación han estimulado un comportamiento impulsivo, una atención falsa y periférica. Y el resultado es una oferta creciente de anti-información ... Con el conocimiento centrado en el ombligo de la persona, la educación se reduce al instinto y nadie se siente obligado a aprender. En defintiva, es a partir de consideraciones como éstas que nos planteamos los tributos en “Múltipla Dança”. ¿Cómo educar para el futuro sin mirar las evidencias del pasado? ¿Cómo podemos renunciar a la experiencia, fuente de inspiración y corrección? Estoy de acuerdo en que añadir ignorancias no resulta en conocimiento, sino en más ignorancia. Tenemos respeto por el conocimiento históricamente construido y hacemos el esfuerzo de honrar a la gente como Renee Wells, Anderson Goncalves y Sandra Meyer, y grupos como Cena 11, homenajeados en ediciones del Multipla. Es una acción muy sutil, pero demuestra nuestro deseo de despertar en el público la voluntad de conocer, de provocar un interés por los acontecimientos. El festival tiene un objetivo, que es proporcionar un conocimiento, pero el conocimiento es una carga, supone una responsabilidad. ¿La gente lee la información que proporcionamos en el programa? No lo sé. Por nuestra parte, destacar profesionales, poner de relieve sus historias, es un papel que asumimos en el Múltipla, un elección moral, política. Es, básicamente, una forma de leer críticamente nuestro ambiente. Un papel fundamental del crítico es construir puentes entre obra y público. Sólo que para conseguirlo es necesaio tener un espacio de publicación, un medio que alcance al público en sentido amplio (no sólo a la gente de la danza). El espacio para la crítica de danza en los periódicos de Santa Catarina es casi nulo. De forma inédita, Ida Mara Freire consiguió un espacio regular para escribir en el periódico local Noticias del Día durante el período del “Múltipla Dança”. Ella seguía las acciones del evento y publicó textos que articulan diferentes aspectos del programa, informan, analizan, sugieren, generan conocimiento. En resumen, ella ha hecho el papel de esta crítica que concreta los puentes que he mencionado, lo cual es óptimo. Tú preguntas sobre la relación entre artistas, críticos y público, como reinventarlas, si estaríamos en un camino prometedor... Creo que aquí en Santa Catarina estamos en un nivel muy básico de construcción de estas relaciones... Es todo muy ligero, no tiene retorno real, no tiene mercado. Hay algunas iniciativas de individuos y los grupos aquí y allá, siempre en peligro de extinción o en riesgo de disolución. Desde 2006 hasta hoy estuvimos dos años sin realizar Múltipla Dança por falta de apoyo. Cancelamos el evento con todo programado y agendado porque el patrocinio no se confirmó. Entónces las relaciones de los que, de alguna manera, trabaja en el campo de la danza se efectúan siempre de forma muy primaria y precaria. Por amor al arte. Es agotador, ya que da la sensación de que siempre estamos empezando de cero. Por otro lado, “Multiplés Escritas” dio a ver un interés por el ejercicio de la crítica. Muchos textos sobre los espectáculos exhibidos fueron más allá de los comentarios rastreros, recibiendo incluso un retorno positivo por parte de sus respectivos creadores. Estos encuentros son bastante prometedores, ya que, sin duda, estimulan una potencia de acción.