La letra como arma | AMOR MARSE

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Shirin Neshat caligrafiando sobre la imagen de un joven perteneciente a la serie Patriots.
Todas las imágenes que se publican aquí son cortesía de la artista. 
                                     

Asegura la comisaria Catherine David, que el exilio es una actitud. Esta actitud es la que llevará a la artista iraní Shirin Neshat a realizar una de las trayectorias artísticas más brillantes en el campo de la fotografía, el vídeo y el cine en la actualidad. Como mujer y como exiliada, Neshat sobrevive a la nostalgia que sufren los que están lejos de su tierra y ha reconstruido sus recuerdos desde la perspectiva de la persona que ha logrado desarrollar su identidad buscándose a sí misma entre su origen, Irán, y su destino, Estados Unidos. Entre un país anclado en prohibiciones y uno que le ofrece un presente y un futuro seguro y prometedor.

Shirin Neshat es hoy conocida  internacionalmente por plasmar en fotografía y vídeo la emoción del exilio, el difícil papel de la mujer en la sociedad  islámica y las diferencias entre los derechos de los hombres y las mujeres en su país y, a lo largo de su dilatada trayectoria artística, ha mostrado y denunciado aquello que está prohibido mostrar y denunciar en un país musulmán como el suyo. Después de su primer viaje a Irán tras dieciséis años de exilio realiza sus primeras series fotográficas: Unvelling y Women of Allah en las que refleja la ideología del Islam y la difícil situación de la mujer en su país. Desde que en 1979 se obligara a la mujer iraní a vestir el hijab han pasado más de treinta años y la situación no ha cambiado demasiado. En su momento las mujeres revolucionarias aceptaron el hijab no porque creyeran contribuir a la recuperación de su propia cultura sino como símbolo de identidad revolucionaria y modelo antioccidental. Probablemente por este motivo las imágenes de Unvelling y Women of Allah  pertenecen a mujeres jóvenes, porque es con la juventud con quien la artista refleja el movimiento femenino que vincula a una nueva generación, decidida a luchar por defender sus derechos. Mujeres valientes, osadas, sin cabida en su vida para la palabra desaliento….exhibiendo sólo la parte de su ser que pueden llevar descubierto en público. Exactamente la que Neshat utiliza como soporte de creación artística para denunciar con bella caligrafía persa que, a pesar de las dificultades la mujer no ha perdido la palabra, aunque sabe que para las mujeres musulmanas el leguaje es libre solamente en la intimidad.

Los problemas del mundo se hacen visibles a través de la fotografía,  especialmente cuando se trata de países con censura como Irán, un país cuya sociedad no quiere dar la espalda a la modernidad, y va transformando su creación artística en sutiles metáforas de vida cotidiana. La mayoría de las fotografías de Shirin Neshat están realizadas en blanco y negro sobre gelatina de plata, con inscripciones caligráficas sobre el papel revelado, de medidas diversas,  algunas de gran formato, en ediciones de tres, cinco  o diez  ejemplares,  numeradas y  firmadas.

Explica Anna Casanovas[i] que la fotografía no es una mera reproducción fotoquímica de nuestra percepción óptica y por lo tanto no se limita a ser un documento autentificador de la historia, sino que es una (re)creación del mundo visible. Es exactamente lo que hace Shirin Neshat a través de sus fotografías con caligrafía persa,  recreando la situación actual de la mujer en Irán para que sea visible al mundo.

Algunos de los textos escritos en farsí son versículos y citas religiosas del Corán que aluden a los deberes y obligaciones que tienen las musulmanas para con Dios pero también para con los hombres, auténticos patriarcas que se caracterizan por su forma ventajista de leer el Corán. Por este motivo, estas citas son utilizadas por la artista con categoría de crítica, como un acto reivindicativo con el que denuncia la pérdida de derechos de la sociedad iraní. De la sociedad  iraní  en  general  y de  la mujer  en  particular.  En  su  país, no se puede hablar de derechos, una palabra poco utilizada en voz alta, especialmente si se nace mujer.

En algunas fotografías de Women of Allah, los versos caligrafiados son textos de Forough Farrokhzad[ii] فروغ فرخزاد,  una mujer importante para la literatura iraní. Fue la primera  poeta de su país en ser públicamente reconocida y considerada como una de las plumas más valientes y transgresoras de la nueva literatura iraní del siglo XX. Farrokhzad se atrevió a escribir poemas sobre sus vivencias, amores, sentimientos y relaciones sexuales, causando una auténtica provocación al clero iraní.  Con su actitud y forma de vida autónoma y libre, puso en tela de juicio valores que tradicionalmente habían estado vinculados siempre a la mujer, motivo por el que su obra fue injustamente calificada como inmoral e indecente, prohibiéndose la publicación de sus libros.

Sin embargo, el pueblo iraní, que había leído los poemas del Shahnameh, شاه la conocida epopeya de la historia persa escrita por Ferdowsi[iii], no podía escandalizarse por el tono atrevido y provocativo de los versos de Farrokhzad.

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(Izquierda) Women of Allah (3), (Centre) Untitled, (Derecha) Guardians of Revolution

 

La poesía iraní ha sido siempre profundamente subversiva  y el perfil valiente y activo de las heroínas de algunos poemas iraníes de antaño, habían roto moldes e intercambiado la importancia de los roles al adoptar las mujeres un inusitado protagonismo adjudicado desde siempre al hombre. Este protagonismo femenino que inmortalizaron autores como Ferdowsi فردوسي, Gorgani گرگاني o Nizani شمار ميآيند mil años antes que Farrokhzad, hizo que la sociedad iraní estuviera acostumbrada a esa sensualidad que fluía en la obra de esta poeta rabiosamente contemporánea. En Irán, el amor y veneración a la poesía no es sólo una costumbre sino una verdadera necesidad que ha estado desde hace siglos integrada en cualquier forma artística, porque es algo auténticamente innato en la cultura persa.

Recreando los versos de Farrokhzad, Neshat encuentra el sosiego que la memoria le robaba y al caligrafiarlos sobre  rostros, manos y pies de la figura femenina, expresa sus sensaciones acerca de correlaciones entre tradición-modernidad, oriente-occidente, hombre-mujer que a su vez asocia con la tensión existente entre libertad y opresión, lo puro y lo impuro, la locura y la razón, expresiones sumamente dualistas  enraizadas en la cultura persa desde hace siglos.

Utilizando partes del cuerpo femenino como espacio controversial, muestra esos trazos de humanidad escondidos entre imagen y escritura  cuestionando esta peculiar vinculación entre política y religión, terrorismo y fundamentalismo, ira y devoción…unos contrastes/contradicciones que todavía caracterizan a la actual sociedad de su país.

Respondiendo a la pregunta de hasta qué punto era importante la poesía y la caligrafía en su país y en su obra, Shirin Neshat manifestó:

La poesía como la caligrafía es algo innato en la cultura iraní. Me gusta la poesía porque tiene la posibilidad de ser metafórica, y para nosotros, los iraníes, el lenguaje metafórico es esencial. Ha sido utilizada a lo largo de muchos años y hoy es utilizada por los artistas plásticos y los artistas  visuales, porque brinda la oportunidad de “decir lo que está prohibido decir” sin ser censurados, permite formular declaraciones entre líneas en un país donde se nos prohíbe hablar en voz alta, especialmente a las mujeres. Por esto es lógico que se detecte en mi obra un halo de poesía porque es algo que forma parte de mí, de mi personalidad, de mi cultura. Es parte de mi arte y  aflora con facilidad cuando estoy creando. Me gusta contar con poesía iraní, porque sé que su lectura es comprendida por mi gente. En cuanto a los poemas de Farrokhzad, son muy necesarios en mi obra para explicar mis sentimientos y  el carácter de mi pueblo. Ella fue una poeta increíble, que escribió sobre aspectos prohibidos para una mujer como es el amor o el deseo.[iv]

En algunas de estas imágenes, la aparición del cañón de un kalashnikov  otorga una tensión manifiesta en estas mujeres con las que Neshat  denuncia la ambigüedad  existente entre el ámbito espiritual y político de Irán introducido por Jomeini desde la Revolución Islámica de 1979. Una revolución en la que la mujer participó activamente concienciando al sector femenino de las desigualdades en la sociedad de su país. En estas imágenes, en algunas de las cuales aparece acompañada de su hijo, la artista trata de presentarnos a estas mujeres post-revolucionarias cómo lo que fueron en la época en la que ella visitó Irán tras años de ausencia: mujeres armadas y militantes que lucharon junto a los hombres por los ideales revolucionarios de Jomeini.

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(Izquierda) Untitled, (Centro) Speechless, (Derecha) Allegiance with Wakefulness

 

En algunas fotografías Neshat utiliza también poemas de Tahereh Saffarzadeh[v], conocida escritora y poeta iraní de corte más radical.  Con una visión islámica pero también universalista, Saffarzadeh se autodefinió como una auténtica fundamentalista, incondicional  defensora de Jomeini y ferviente seguidora de su filosofía e idealismo. Sus versos, de contenido marcadamente político, fueron utilizados por Neshat para evidenciar las preocupaciones de las mujeres musulmanas militantes que en aquel momento apoyaban al nuevo líder de la revolución y asumían su discurso de sacrificio y martirio con la idea de defender a su país de la tiranía, despotismo y abuso de poder del Sha.

Su última serie fotográfica realizada hasta la fecha y presentada en el 2011 en su galería neoyorquina Gladstone Gallery,  es la titulada The Book of Kings. Algunas fotografías de esta serie fueron presentadas en junio del 2013  en la Fundación Telefónica de Madrid en la exposición Escrito sobre el cuerpo.

Con la exquisita habilidad de un cartógrafo y la minuciosa precisión de un cirujano, Shirin Neshat convierte lo que es individual en algo global y lo político en aspecto personal. Plasmando sobre las fotografías su particular estela caligráfica va uniendo con extrema maestría poesía e imagen, humanismo y ciencia. The Book of Kings comunica profundas emociones y nos sitúa tanto en la época de la revolución (1979) en la que hombres y mujeres  participaron y defendieron los ideales de libertad, como en las revueltas que tuvieron lugar en junio del 2009 por el fraude en el resultado electoral del anterior presidente Ahmadineyad. Pasado y Presente. La historia se repite.

The Book of kings es una serie de fotografías, con caligrafía farsí y   bellos dibujos de la historia preislámica de Persia, inscritas sobre la imagen revelada. Como en sus primeras series, esta incursión caligráfica es la vinculación que une a Neshat con su país, con la tradición, con la cultura popular y la milenaria historia persa. Y lo hace a través de su particular lenguaje de la imagen y la poesía. Significados y significantes culturales escritos sobre los cuerpos de los personajes que componen esta serie; dibujos y manuscritos  persas que ilustran la historia del pueblo persa antes de la invasión árabe (640) basados en los que describe Fardowsí en su poema épico Shahnameh o The Book of kings.  Un símbolo a la integridad de un pueblo y una alegoría de lo que supone la defensa del género humano contra la tiranía y la opresión. The Book of Kings es probablemente la obra más política de todas las realizadas hasta el momento, pero a pesar de la contundencia que se deriva, Neshat suscribe un sutil humanismo que induce a cuestionarse los motivos de esta violencia sin sentido que provocan los conflictos contemporáneos, reflexiona sobre la historia, la cultura y la sociedad iraní  y rememora el Movimiento Verde de junio del 2009 en el que el pueblo iraní salió a la calle de forma absolutamente pacífica a defender sus derechos. La serie se agrupa en tres apartados: Masses, Patriots y Villains.

Masses, una serie de 45 fotografías de rostros afligidos, los rostros de aquellos que participaron en las protestas para defender la democracia de su país. Personas de todas las edades y condiciones, desde gente mayor a la joven generación. Hombres y mujeres. Gente oprimida cuyas expresiones denotan preocupación, ansiedad  y  tristeza. Con ellas Neshat rinde homenaje a los sin poder.

 

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(Izquierda) Omar, (Centro) Ghada, (Derecha) Ahmed

El grupo Patriots presenta una serie de personas de medio cuerpo, situadas frontalmente y la mano derecha sobre el corazón como símbolo de lealtad al país. Hay una clara expresión de orgullo, dignidad, valentía y también compromiso en sus rostros. Vestidos de negro y con inscripciones de poesía persa sobre la piel, los patriotas rememoran aquellos iraníes que han sido perseguidos, castigados con la cárcel o incluso con la muerte sólo por defender la libertad de su país. Son rostros de hombres y mujeres jóvenes muy críticos con el sistema de gobierno de su país. Rostros de activistas, defensores de los derechos humanos; rostros de expresiones intensas que reflejan desafío pero también fervor y devoción. Su mirada es sobria, pacífica y tranquila, quizás esperanzadora.

Por último tres fotografías constituyen la serie Villains. Tres imágenes de hombres serios, graves, masculinos hasta la exageración. De cuerpo entero, frontal, de pié o sentado, con el torso y pies desnudos, los villanos son hombres de mirada severa e insistente, que rebosan seguridad, dominio y absoluto control. El de más edad que responde al nombre de Bahram, es un hombre cuya mirada indolente transcurre obstinada  por encima de las huellas del tiempo y la vejez. Hay cercos de fatiga bajo sus ojos, pero su mirada inquisitiva y recelosa parece insondable, como el destino de algunos de los desheredados…

En esta serie, la caligrafía ha sido sustituida por imágenes basadas en ilustraciones literarias. Imágenes que narran guerras épicas,  guerreros cabalgando con sus lanzas en alto, arqueros disparando sus flechas, sangrientas decapitaciones que refuerzan el mensaje de violencia, ya sea religiosa o política, que Neshat utiliza como metáforas de la situación actual en Irán. El  rojo es el color que sobresale en estas fotografías en blanco y negro, editadas en un impresionante gran formato.  Es el rojo de la sangre derramada por los mártires de la antigua Persia que evocan los mártires contemporáneos. El sentimiento iranio de la antigua Persia zoroástrica, ha sido heredado a través de los siglos y el poderoso concepto de identidad persa que tan claramente se detecta en el Shanahmeh de Ferdowsí, este concepto que Vali Mahlouji[vi] ha calificado como iranidad,  sigue vigente en el artista iraní contemporáneo. Cambian los personajes, cambian los tiempos, pero no los sentimientos.

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(Izquierda) Bahram  (2012), (Derecha) Fragment of Bahram

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Two fragments of series Villains from The Book of Kings

 

A través de la fotografía Neshat aborda la contemporaneidad especialmente conflictiva que vive su país, dejando evidencia de cómo el problema del gobierno  teocrático iraní es que usa una doble vara de medir, con claras diferencias a la hora de valorar los principios de los derechos humanos. Y lo hace utilizando personajes y escenarios que, aún siendo específicamente iraníes, el resultado final adquiere carácter universal. No importa que seas occidental u oriental, cristiano o musulmán, hombre o mujer, porque los códigos para interpretar su mensaje son claros y contundentes y pueden ser entendidos por gente de diferentes idiomas, culturas y religiones.

Shirin Neshat tiene confianza en sí misma, capacidad para no desmoronarse, para adaptarse a todo lo nuevo sin perder nunca la perspectiva de quien es y de donde viene. Existe en ella el potente deseo de volver a anudar los vínculos de antaño, a pesar de saber que nunca volverá a Irán de forma definitiva porque su vida está construida en Occidente. Pero incluso en la distancia y plenamente integrada en otro país y otra cultura, sigue siendo hija de la patria que abandonó, perviviendo su lengua con la palabra y manteniendo viva su memoria.

Observando detenidamente el trabajo de Shirin Neshat vemos cómo, más allá de la fotografía, del video y del cine, es decir, más allá del arte,  está el deseo de recuperar vestigios y recuerdos de su pasado. Su necesidad de  utilizar poesía y caligrafía en su trabajo constituye una sincera voluntad de re-encontrar sus raíces. Su lema no es una norma de vida. Es una exigencia de honradez.

 

 

 



[i] CASANOVAS, Anna. Licenciada en Historia Moderna. Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona. En “L’evolució de la mirada. El segle dels audiovisulas” en Materia d’art. Universitat de Barcelona. 2001. Nº 24. Pag. 305.

[ii] FARROKHZAD, Forough. (Teherán 1935-1967) Su poesía de contenido político y social en contra de la represión del régimen del Sha Reza Pahlevi fue rotunda. El accidente de tráfico sufrido a los 32 años le causó la muerte, pero nadie creyó que fuera un simple accidente. Junto a Nimá Yushy, Sorhab Sepehrí y Ajaván Sales, un grupo de escritores innovadores de su época, Farrokhzad utilizó expresiones populares en su poesía. Bernardo Bertolucci impresionado por la vida de esta mujer poeta, llevó su biografía al cine. Ella fue también una de las primeras cineastas. Rodó varios cortometrajes de los cuales La caja es negra, es el más conocido, preludio de lo que hoy conocemos como el nuevo cine iraní contemporáneo.

 

[iii] Firdusi, Ferdusi, Firdausi o Ferdowsi حکیم ابوالقاسم فردوسی توسی son las distintas grafías en las que se ha transcrito su nombre en la bibliografía occidental. Nacido hacia el año 934 cerca de la actual Meched (Jorasán) empezó a escribir esta obra con cuarenta años. Contaba con un predecesor, Daqiqi: según un Libro de los Reyes traducido del pahleví (persa antiguo) al persa (persa moderno), por cuatro eruditos de Tus, quien había emprendido la redacción de esta epopeya pero murió asesinado después de haber escrito alrededor de un millar de versos. Ferduwsi incorporó en su obra la parte ya escrita por Diqiqi. Una vez completado su Shahanameh, decidió homenajear al sultán Mahmud de Gazna, pero el príncipe le concedió una pobre remuneración probablemente porque no supo ver la importancia del libro.

[iv] Pertenece a la entrevista personal realizada a Shirin Neshat en septiembre del 2009.

 

[v] SAFFARZADEH, Tahereh. (Sirjan, 1936 - Teherán, 2008) Profesora de la Universidad de Teherán, Miembro del Programa Internacional de Escritores, fue escogida por los Centros Musulmanes como la mujer más sabia del mundo islámico en abril del 2006 y la Organización de Escritores de Asia y África (OEAA) la nombró la mujer más destacada del mundo musulmán. Saffarzadeh compuso numerosos poemas sobre los comienzos de la Revolución Islámica y tradujo el Corán al persa y al inglés.  Fue crítica de la nueva poesía persa. Entre sus poemas destaca El paso de la luz de la luna, y Pacto con el despertar.

MAHLOUJI, Vali, es curator, escenógrafo, escritor y crítico de arte. Nacido  en  Teherán,  vive y trabaja en Londres desde hace 20 años. Responsable de exposiciones y ciclos de cinematografía  iraníes en el Barbican Center de Londres,

[vi] MAHLOUJI, Vali, es curator, escenógrafo, escritor y crítico de arte. Nacido  en  Teherán,  vive y trabaja en Londres desde hace 20 años. Responsable de exposiciones y ciclos de cinematografía  iraníes en el Barbican Center de Londres,