Articulo de la curadora Christina Grammatikopoulou y entrevista con la artista Christina Mitrentse sobre la experiencia de "Agregar a mi biblioteca Vol.III", Barcelona, Biblioteca de la Facultad de Filosofía, Historia y Geografía de la Universidad de Barcelona, 2 de Abril 2012.
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El 2 de abril de 2012 la rutina cotidiana de la Biblioteca de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona se vio interrumpida: una rejilla de luces en el suelo marcaba un espacio al que los usuarios de la biblioteca llevaban sus libros favoritos, situados estratégicamente en filas por la artista Chrisitna Mitrense para formar una nueva arquitectura, una biblioteca dentro de la biblioteca.
Era el tercer volumen de Add to my library (Agregar a mi biblioteca), un proyecto artístico internacional que aporta una nueva mirada a los aspectos establecidos de la cultura y la educación – los libros como fuente de conocimiento, la biblioteca como sistema educativo y cultural, el lector como creador de un nuevo contexto.
La reconstrucción de una biblioteca es una experiencia familiar: en las bibliotecas públicas, los usuarios seleccionan los libros que consultarán y los colocan en montones sobre las mesas hasta el momento en que los leen; en las casas, las bibliotecas privadas se construyen se acuerdo a intereses personales y se organizan de modo único. Esta experiencia personal de una biblioteca fue el punto de partida del proyecto Add to my library: Christina Mitrense empezó quitando las portadas a sus propios libros y descubrió así nuevos modos de relacionar estos elementos, con un enfoque estético, A continuación la artista se desplazó a un nivel colectivo, creando un proyecto que destaca la idea del conocimiento como resultado de un esfuerzo colaborativo, en el que los lectores juegan un papel significativo en tanto que se les pide que respondan a la pregunta “si la librería cerrase mañana, ¿qué libro salvarías?”.
Una pregunta difícil, pero no hipotética. En una era en la que los recortes en educación y cultura están limitando el potencial de las instituciones educativas y culturales para ejercer un impacto positivo en el público, muchas de las bibliotecas –en el Reino Unido, donde empezó el proyecto, pero también en España y en toda Europa – dependen cada vez más de la buena voluntad y pasión de su personal, que intenta hacer todo lo que puede con un presupuesto mínimo. A medida que la protección estatal a estas instituciones disminuye, las iniciativas tomadas por el personal de bibliotecas y comunidades muestra que el esfuerzo colaborativo puede suponer una diferencia significativa en la preservación de la cultura y el conocimiento –y el proyecto de Mitrense subraya precisamente esto.
Durante la presentación del proyecto en la Universidad de Barcelona podían verse diversas reacciones hacia el acto de construcción colaborativa de una biblioteca: algunos usuarios de la biblioteca lo ignoraron, otras estaban molestos por la alteración de la “paz y tranquilidad” habituales dentro de los muros de la biblioteca. La mayoría, sin embargo, acogieron la acción con entusiasmo; los participantes parecían percibir la biblioteca no como un lugar aséptico, sino como un lugar del intelecto intrínsecamente ligado a la ciudad que hay fuera de sus muros, conectado al mundo entero: su selección de libros apuntaba en esta dirección. Se eligieron libros que reflejan la cultura catalana – volúmenes de autores catalanes o textos teóricos en catalán – junto a libros de arte internacional, en diferentes idiomas, poniendo de relieve la diversidad cultural de Cataluña y sus múltiples conexiones con la escena internacional del arte.
El acto final de Christina Mitrense apuntó también en esta dirección, abriendo la librería al mundo. Después de que acabase la instalación-performance, la artista escondió dos de sus propios libros entre las estanterías de la biblioteca. Los libros, que después fueron descubiertos por los bibliotecarios, son “Libros Heridos” perforados por una bala; forman parte de el proyecto internacional The Inventory of Al-Mutanabbi Street (“El inventario de la Calle Al-Mutanabbi”), una respuesta interdisciplinar al atentado con coche bomba que alcanzó el centro cultural de Bagdad en 2007, dejando tras de sí una tremenda pérdida de vidas humanas y recursos intelectuales. Al dejar estos dos “Libros Heridos” en la biblioteca de la Universidad de Barcelona, Christina Mitrense creó un diálogo entre los dos centros intelectuales que, a pesar de estar separados en el espacio, están unidos por su papel de lugares que impulsan el conocimiento y la educación.
Por otro lado, las “heridas” abiertas de los libros destacan un aspecto diferente del proyecto Add to my library: el libro como construcción intelectual colectiva.
Mitrense no reclama la autoría del libro en cuanto al contenido – por tanto no se “apropia” de él; lo usa como un elemento estructural de su obra para crear nuevos nodos de significado. De acuerdo con los textos de Nicholas Bourriaud acerca del tema de la apropiación y la “remezcla”, Add to my library “se mueve hacia una cultura del uso de las formas, una cultura de constante actividad de signos basados en un ideal colectivo: compartir”[1]. En este sentido la acción de Christina Mitrense debe verse en línea con el trabajo de numerosos artistas contemporáneos, que se han liberado de la tiranía modernista del “lienzo en blanco”, de la creación de algo a partir de la nada, y que buscan la materia prima de su trabajo en formas culturales ya existentes, que son re-elaboradas para producir nuevos significados. Como escribe Gilles Deleuze “las palabras y los pensamientos avanzan o se cultivan desde el medio, y ahí es donde tienes que obtener tu trabajo, ahí es donde todo se despliega”[2].
El libro original es sólo la materia prima para la obra artística final; en cierto modo, Add to my Library revela un proceso de colectivización del esfuerzo intelectual del autor, ya existente en los caminos de circulación del conocimiento. El cordón umbilical que une al autor con un libro, un poema, una canción, se corta en cuanto este “niño” intelectual nace, en cuanto se ha público: porque, citando a Michel de Certeau, “la actividad de leer tiene (…) todas las características de una producción silenciosa (…). Esta mutación hace el texto habitable, como un apartamento alquilado. Transforma la propiedad de otra persona en un espacio ocupado momentáneamente por un transeúnte”[3]. Esta “producción silenciosa” de la lectura se convierte en un acto artístico abierto en la obra de Christina Mitrense. La gente que lee, almacena, subraya o dobla los libros colabora con la artista en revelar una nueva forma de construir conocimiento. En este contexto, la autoría de un libro no se ve perturbada o subestimada; se celebra como el primer acto de un proceso creativo que no termina con la publicación, sino que permanece vivo en cada lectura del libro y en cada manipulación de su forma y contenido.
En el proyecto Add to my Library, “un mundo diferente (…) se cuela en el lugar del autor”: es el mundo del artista, del lector, de cualquiera que decida entrar y crear en su interior.
Después de su acción en la biblioteca de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona, Christina Mitrense respondió algunas preguntas sobre su experiencia en la biblioteca y su trabajo.
Christina Grammatikopoulou: ¿Cómo experimentaste tu presencia en la biblioteca de la Universidad de Barcelona?¿Crees que la recepción de público fue diferente en algún aspecto en comparación con presentaciones previas del proyecto?¿Cómo crees que se relacionó el evento con la actual situación política y financiera de as instituciones educativas en Europa?
Christina Mitrentse: Cada vez es una experiencia única y muy diversa y los participantes/colaboradores reflejan su propio comportamiento idiosincrásico y cultural en la obra dependiendo del país en el que se presenta. Me quedé encantada de que la Metabiblioteca tuviese éxito en perturbar, tanto conceptual como físicamente, a los muchos lectores y académicos presentes, desafiando su percepción de la lectura y el estado de restricciones educativas que se les imponen según éste se experimenta cada vez más en el contexto de crisis económica europea. Dado que la intención principal era hacerles ponderar su “texto” de la civilización en crisis, esta experiencia fue incómoda para algunos.
Para mí fue especialmente interesante el hecho de que la “preservación” de la lengua/cultura catalana fuese sin duda un catalizador importante, y tubo una evidente aproximación reaccionaria al modo en que los participantes seleccionaron su libro favorito para “añadirlo a mi biblioteca” durante la performace. De hecho, el 70% de los libros aportados eran publicaciones de artistas o autores catalanes. Así que, como los nuevos “datos” de los colaboradores se entienden como emanación de experiencias sociales, los libros amalgamados en la Meta-biblioteca son un lugares no sólo para remezclar el “catálogo” y alterar el espacio físico de la biblioteca, sino también para activar continuamente las percepciones. Como lo describe el crítico Peter Suchin “la paradoja del proyecto de Mitrense es que es tanto un signo de disipación, de la pérdida de conocimiento y de los medios para su transmisión, como una recuperación o preservación consciente de la cultura del libro. Es un nuevo objeto físico, un contenedor-libro hecho de libros, un biblioteca cuyos muros están limitados por y limitan con los libros, un laberinto conceptual y una estructura arquitectónica”.
Me pareció que la intervención de la Metabiblioteca estuvo perfectamente programada, en un momento en el que cuatro grandes bibliotecas universitarias se estaban cerrando debido al recorte de fondos en Barcelona. En un momento en el que las instituciones de aprendizaje establecidas están en crisis en Europa y el Reino Unido, con las universidades subiendo enormemente las tasas a su alumnos y simultáneamente con las bibliotecas públicas cerrando, mientras que al mismo tiempo se pretende democratizar el acceso a la educación, la obra no se centró tanto en esta ostensible expansión cultural como sobre las nociones de escuela alternativa, marginal o de a anti-institución.
C.G: Decidiste terminar el evento con un acto “clandestino”, dejando dos “Libros Heridos” en la biblioteca. Esos libros forman parte de proyecto internacional multidisciplinar The Inventory of the Al-Mutanabbi Street. ¿Podrías hablarnos más sobre este proyecto? ¿Te parece que tu acción ha ligado de algún modo los dos centros intelectuales?
CM: De hecho, la fase final de mi performance habría sido más bien intrépida, estructurada entorno al acto clandestino de colocar en la biblioteca dos esculturas de la serie en curso “Libros Heridos”. Al tiempo que la idea era que esas obras fuesen descubiertas por el personal de la biblioteca o los usuarios después de la acción, decidí “donarlos” subrepticiamente como parte de la colección y posicionarlos en las estanterías entre otros volúmenes de la sección de Filosofía y Arte. Se convirtieron temporalmente en “invisibles” y fueron descubiertas por el bibliotecario, a quien por supuesto intrigó el descubrimiento. Desde entonces a estas obras se les ha dado su propio espacio de exposición en la biblioteca.
La serie inicial de “Libros Heridos” fue concebida en respuesta a mi contribución a The Inventory of the Al-Mutanabbi Street y ha sido desde entonces parte de mi propia iniciativa Add to my library.
El proyecto The Inventory of the Al-Mutanabbi Street fue iniciado en 2007 por el poeta establecido en EEUU Beau Beausoleil, fundador de la Al-Mutanabbi Street Coalition. Fue él quien invitó a 266 artistas del libro y a 130 impresores independientes de todo el mundo a completar y donar tres libros como respuesta visceral al atentado con coche bomba en la histórica calle A-Mutanabbi y a los 30 muertos y 100 heridos en Bagadad en marzo de 2007. Las obras reflejan el ataque dirigido a esta “calle de los libreros”, que era el corazón y el alma de la comunidad cultural e intelectual, pero también ponen de relieve la futilidad última de quienes trata de borrar globalmente el pensamiento. Una colección de libros de artista se donó a la Biblioteca Nacional de Bagdad y otras dos conformarán una exposición itinerante que recorrerá varios centros culturales por todo el mundo entre 2012-2014, incluyendo la Biblioteca John Rylands de la Universidad de Manchester (Reino Unido) y el Centro del Libro de San Francisco, California. (Para más información sobre las sedes de la exposición y otra información ver: http://www.al-mutanabbi-street.bleikloetzle.de/html/inventory_english.html)
Mi intención era introducir conceptualmente y resaltar la importancia de este proyecto a los usuarios de la biblioteca de filosofía de la universidad de Barcelona y “silenciosamente” continuarlo, conectando dialécticamente el cuerpo de conocimiento almacenado en la biblioteca con el cuerpo de alfabetismo y con el cuerpo humano, ambos perdidos en al atentado.
C.G: Es verdad que “herir” un libro altera su función inicial hasta cierto punto, puesto que cancela su “legibilidad”. El libro puede verse como un objeto, pero es también una fuente de información: ¿Qué tipo de dinámica emerge entre esos aspectos en tu obra?¿Te parece que el escritor de un libro se podría sentir “amenazado” por tu acto?
C.M: Mi acto performativo de la serie de “Libros Heridos” explora las posibilidades abiertas por aproximaciones conceptuales a la escritura y por aproximaciones preformativas a la lectura dentro de la sociedad contemporánea y su sujeción al capitalismo avanzado en el que existe. Es una declaración intelectual sobre la relación entre la información como material y el propietario.
La acción de “re-apropiación”, en realidad atacando los “Libros Heridos” (quemadors por el disparo de un rifle en condiciones legalmente controladas en el Rifle and Pistol Club del Imperial and Collage Union London), es “absolutamente no-vandalismo”, al contrario, un extraño tipo de “homenaje”. No me considero una artista apropiacionista en el sentido del término para la Historia del Arte. Hoy todo el mundo tiene una relación con la información conscientemente diferente a la de generaciones anteriores. Nuestra producción de información, su distribución y consumo está muy lejos de lo que habían sido antes, de modo que la apropiación hoy en día es una cosa muy diferente. Necesita ser re-escrita.
Los libros que elijo desfigurar críticamente son tanto literatura cuyos contenidos parecen haber fallado por varias razones o libros visuales de artistas reconocidos que encuentro inspiradores, como el catálogo de arte de John Letham, que fue el punto de partida de la serie “Libros Heridos”. Como dijo T.S.Elliot: “los malos poetas desfiguran lo que toman, y los buenos poetas lo convierten en algo mejor o, por lo menos, diferente”.
Pretendo liberar el potencial del lenguaje y, situando los libros en la barrera “discoherente” en la que los significados empiezan a fallar, revelar un contenido apolíneo en las palabras, usualmente cancelado por su aplicación como frías herramientas de la ideología y los sistemas de gestión. Al mismo tiempo, pretendo mostrar el poder de un arma como interfaz dinámica entre el cuerpo humano, la mano y los centros del cerebro. Las portadas de los libros y las páginas se han vuelto atractivos palimpsestos de marcas circulares de pertenencia. Su resultado formal está impulsado por muchas decisiones rápidas y fatales, y la absurda y de algún modo alarmante naturaleza de la “herida” circular en la portada se retiene como identificación - como si re-visitásemos Conical Intersect de Matta-Clark, de 1975. Pero sellando completamente el bloque texto/libro, de modo que ningún nuevo “lector” tenga siquiera una versión resumida de su contenido original.
A lo largo del proceso, los libros son tratados como objetos físicos y se extienden más allá del valor de sus autores, hacia el cuestionamiento de “conocimiento” denotativo y cómo se disemina, se adquiere/“es apropiado” en un nivel individual a la vez que apunta nociones de la auto-publicación contemporánea. En todo caso este proyecto deriva de una investigación de la historia de la destrucción del libro explorada en mi proyecto internacional de libros de artista en curso desde 2006, Building my Library, y que domina en mi obra.
Los autores que elijo atacar no juegan ningún papel en la autoría del acto de “re-apropiación” y re-contextualización, ni tampoco en su valoración como objeto artístico. Mientras yo construyo las condiciones, por ejemplo desplegando y reformateando el lenguaje de una vasta biblioteca/base de datos cultural, soy también “consumidor”/propietario del ready made”/libro y artista /compositor que decide acerca de su destrucción o su renacimiento. Autor conceptual e intelectual de los artefactos “Libro Herido”. Dejando cuanto más espacio posible a la interpretación, el cuerpo del escritor se desvanece. Yo me muevo hacia atrás y hacia delante entre una implicación del cuerpo en el proceso y el hacer consciente a la audiencia de que lo que están viendo es una construcción intelectual mía. Esto deriva de una temprana serie de esculturas-libro idiosincrásicas creadas destruyendo y des-tapando los libros que existían en mi propia biblioteca en un acto de “borrado” del significado de la autoría. (…) El tema de los libros “anónimos” es una forma de exponer las relaciones y asunciones esenciales sobre las que precariamente subsisten los textos originales.
Nada menos que James Joyce dijo: “Estoy bastante contento de pasar a la posteridad como un hombre de tijeras y el pegamento, pues me parece una dura pero no injusta descripción” – pero la facilidad y la escala del cortar y pegar no tiene precedentes.
Seleccionar, destruir y compartir el producto re-apropiado genera nuevos significados interesantes y, al hacerlo, altera el orden existente de las cosas, desafiando el deseo de los “lectores” de un único canal de explicación. Los libros en sí mismos son posiblemente los que amenazan a sus propios autores y, perdiendo su esperada legibilidad en la comercialización, ha sido transformados diacrónicamente en artefactos socioculturales, políticos y estéticos coleccionables, lo que les permite tener una vida por sí mismos.
Avanzando en este proyecto, está planeado que se expongan nuevos “Libros Heridos” como parte de ATML y también una serie de intervenciones/exposiciones en bibliotecas y centros culturales del Reino Unido y Europa apoyadas por organizaciones independientes y coleccionistas/bibliófilos.
[1] Nicolas Bourriaud, Postproduction: Culture As Screenplay: How Art Reprograms the World, (New York: Lukas & Sternberg, 2002), p.9.
[2] Gilles Deleuze, Negotiations, (New York: Columbia University Press, 1995), p.161.
[3] Michel De Certeau, The Practice of Everyday Life, (Berkeley and Los Angeles, CA: University of California Press, 2011), xxi.
On April 2, 2012 the Library of the Faculty of Philosophy, History and Geography of University of Barcelona was disrupted from the everyday routine: a grid of lights on the floor marked a space where the users of the library brought their favourite books, placed strategically in rows by the artist Christina Mitrentse so as to form a new architecture, a library within the library.
It was the third volume of “Add To My Library”, an international art project that brings forth a fresh look into established aspects of culture and education - the book as a source of knowledge, the library as an educational and cultural system, the reader as a creator of new context.
The reconstruction of a library is a familiar experience: in public libraries, users select the books they will consult and place them in piles on the tables, until the time they read them; at home, private libraries are constructed according to personal interests and archived in a unique way. This personal experience of a library was the beginning of the project “Add to my library”: Christina Mitrentse started by stripping her own books from their covers and discovering thus new ways of correlating these items, with an aesthetic focus. The artist subsequently moved on to a collective level, creating a project that highlights the idea of knowledge as the result of a collaborative effort, where the readers play a significant part, as they are being called to ask the question “If the library were to close tomorrow, which book would you save?”.
A difficult question, but not a hypothetical one. In an era when the cuts in education and culture are limiting the potential of cultural and educational institutions to have a positive impact on the public, many of the libraries –in the UK, where the project initiated, but Spain and the entire Europe as well- are depending more and more on the good will and passion of the staff, who try to do their best with a minimum budget. As the protection of the state towards these institutions is being diminished, the initiative taken by library staff and communities shows that collaborative effort can make a significant difference into the safeguarding of culture and knowledge –and Mitrentse’s project comes to underline exactly that.
During the presentation of the project in the University of Barcelona one could see different reactions toward the act of collaborative building of a library: some library users ignored it, some others were annoyed by the disturbance of the usual “peace and quiet” within the library walls. The majority, however, greeted the action with enthusiasm; the participants seemed to perceive the Library not as an aseptic place, but as a place of the intellect intrinsically linked to the city outside the walls of the building, connected to the entire world: their selection of books pointed to this direction. Books that reflected Catalan culture –volumes by Catalan artists or theoretical texts in Catalan- were chosen along with international art books, in different languages, bringing into focus the cultural diversity of Catalunya and its multiple connections with the international art scene.
Christina Mitrentse’s final act pointed to the same direction, opening up the library to the world. After the end of the installation-performance, the artist hid two of her books among the library shelves. The books, that were later discovered by the librarians, are “Wounded books”, perforated by a bullet; they form part of the international project “The Inventory of Al-Mutanabbi Street”, an interdisciplinary response to car bombings that hit the cultural centre of Baghdad in 2007, leaving behind a tremendous loss of human life and intellectual resources. By leaving those two “Wounded Books” at the Library of the University of Barcelona, Christina Mitrentse created a dialogue between two centres of the intellect, that even though distant in space, are united by a shared role as places that foster knowledge and education.
On the other hand, the open “wounds” of the books highlight a different aspect of the “Add To My Library” project: the book as a collective intellectual construction.
Mitrentse doesn’t claim authorship of the book as content –therefore she does not “appropriate” it; she uses it as a structural element in her work, so as to create new nodes of meaning. In accordance with Nicholas Bourriaud’s reading of the issue of appropriation and “remixing”, Add to My Library is “moving toward a culture of the use of forms, a culture of constant activity of signs based on a collective ideal: sharing”[1]. In this sense, Christina Mitrenste’s action is to be viewed in line with the work of numerous contemporary artists, who have been freed from the modernist tyranny of the “white canvas”, the creation of something out of nothing, and seek the prime matter of their work into already existent cultural forms, that are reworked into the production of new meanings. As Gilles Deleuze writes, “things and thoughts advance or grow out from the middle, and that’s where you have to get to work, that’s where everything unfolds”[2].
The original book is simply the prime matter for the final artistic work; in a way, Add to My Library reveals a process of collectivisation of the author’s intellectual effort, already existent within the paths of circulation of knowledge. The umbilical cord uniting the author to a book, a poem, a song, is cut as soon as this intellectual “child” is brought into the world, as soon as it’s made public: because, to cite Michel de Certeau, “the activity of reading has […] all the characteristics of a silent production […] This mutation makes the text habitable, like a rented apartment. It transforms another person’s property into a space borrowed for a moment by a transient”[3]. This “silent production” of reading turns into an open artistic act within the work of Christina Mitrentse. People that read, stockpile, underline, crease books, collaborate with the artist to reveal a new way of constructing knowledge. Within this context, the authorship of a book is not disputed or underestimated; it is celebrated as the first act of a creative process that doesn’t end with publication, but remains alive with every reading of the book and every manipulation of its form and content.
In the Add to My Library Project, “a different world […] slips into the author’s place”: it is the world of the artist, the reader, anyone who decides to enter and create within it.
Following her action in the Library of the Faculty of Philosophy, History and Geography of the University of Barcelona, Christina Mitrentse answered a few questions regarding her experience in the Library and her work.
C.G.: How did you experience your presence in the Library of the University of Barcelona? Do you think that the reception from the public was different in any way comparing to previous presentations of the project? How do you feel that the event related to the current political and financial situation in the educational institutions in Europe?
C.M.: It is a very unique and diverse experience each time and the participants/contributors reflect their own idiosyncratic and cultural behavior onto the work depending on country in which it is presented. I was thrilled that The MetaLibrary intervention succeeded in disturbing both conceptually and physically the large number of readers and academics present, challenging their perception about reading, and the state of educational restrictions imposed upon them as this is widely experienced within the European economic crisis. Being primarily intended to make them ponder their ‘text’ of civilisation in crisis, this experience was uncomfortable for some.
Particularly interesting for me was the fact that the ‘preservation‘ of Catalan language/culture was certainly a powerful catalyst, and there was in evidence a reactionary approach to the way the participants selected their favorite book to be Added into my Library during the performance, indeed, 70 % of the books contributed were Catalan publications, artists or authors. So, as new ‘data’ from contributorswere gathered as emanations of social experiences, the books amalgamated into the Meta- library a locus not only to remix the ‘catalogue’ and alter the physical space of the library but also to continually activate perceptions. As critic Peter Suchin describes ‘’The paradox of Mitrentse’s project is that it is both a sign of dissipation, of the loss of knowledge and the means for its transmission, and a conscious recouping or preservation of the culture of the book. It is a novel physical object, a book-container made of books, a library whose walls is bound and bonded together with books, a labyrinthine conceptual and architectural structure’’.
I felt the Meta library intervention was perfectly timed, at a moment when the 4 major University Libraries where being closed down due to funding cuts in Barcelona.And when established institutions of learning are in Europe and UK in crisis, with universities simultaneously charging hugely increased student fees and public libraries closing, whilst at the same time purporting to democratise access to education, the work focused not so much on this ostensibly cultural expansion, as upon the notions of the alternative, the marginal and the secret school or anti-institution.
C.G.: You decided to end the event with a "clandestine" act, leaving two "Wounded Books" at the Library. Those books form part of the multidisciplinary international project "The inventory of the Al-Mutanabbi Street". Could you tell us more about this project? Do you feel that your action has somehow "linked" the two centers of the intellect?
C.M.: Indeed the final stage of my performance had been rather adventurous, structured around a clandestine act of placing two of the ongoing series of ‘Wounded Books’ sculptures in the Library. While the idea was for those works to be discovered by the library staff or users after the action, I decided to ‘donate’ them surreptitiously as part of the collection and position them both on the book shelves amongst the volumes of the Library of Philosophy and Art. They periodically become ‘invisible’ and were finally discovered by the librarian, who was of course intrigued by the finding. These works have since been given their own permanent public display within the Library.
The initial Wounded Books series was conceived as a response to my contribution to 'the inventory of the Al-Mutanabbi Street.
http://www.bookarts.uwe.ac.uk/mainmut12/162.htm and had been part of my ongoing project initiative 'Add To My Library' ever since.
The inventory of Al-Mutanabbi street project was initiated in 2007 by US based poet Beau Beausoleil, Founder of the al-Mutanabbi Street Coalition. It was she who invited 262 Book Artists and 130 individual printers from around the world to each complete and donate three books in a visceral response to the car-Bombings of historic al-Mutanabbi-Street and to the 30 dead and 100 who were wounded in Baghdad in March 2007. The works reflect both the targeted attack on this ‘street of the booksellers’, which was the heart and soul of the intellectual and cultural community, as well as highlighting the ultimate futility of those who try to erase thought globally. One set of artists' books have been donated to the Iraq National Library in Baghdad and the other two sets will go to form a touring exhibition at various cultural centers throughout the world from 2012-2014 including John Rylands Library at Manchester University (UK and The San Francisco Center for the Book, California. For more information on the list of exhibition venues and readings please see here http://www.al-mutanabbi-street.bleikloetzle.de/html/inventory_english.html
My intention was to conceptually introduce and highlight the importance of this project to the users of the library of Philosophy at the University of Barcelona and to ‘quietly’ continue it, by dialectically connecting the body of knowledge stocked in the library to both the body of literacy and human body lost in the All Mutanabbi str. car-bombing.
C.G.: It is certain that "Wounding" a book alters its initial function to a certain extent, by cancelling its "readability". The book can be seen as an object, but it is also a source of information: What kind of dynamics emerges between those two aspects within your work? Do you feel that the writer of the book could feel "threatened" by your act?
C.M.: My performative act of ‘Wounded Books series’ explores the possibilities opened up by conceptualist approaches to writing and performative approaches to reading within contemporary society and the subjection to the advanced capitalism in which it exists. It is an intellectual statement on the relationship of ‘Information as Material and the ownership.
This action of 're-appropriating', actually attacking the ‘Wounded Books(fired from a rifle shot in controlled licensed conditions at The Rifle and Pistol Club at Imperial and College Union London), is "absolutely not vandalism,” but, instead, a strange kind of ‘homage’. I don't consider myself to be an appropriation artist in the art historical meaning of the term. Today everyone has a thoroughly different relationship to information than previous generations. Our production of it, distribution and consumption, is worlds apart from what has gone before, so appropriation today is a very different thing. It needs to be rewritten.
The books I choose to critically deface are either literature whose content seems to have failed for various reasons or visual art books of renowned artist I found inspiring i.e. John Latham’s art catalogues which was the starting point of the Wounded series. As T.S. Eliot said: “bad poets deface what they take, and good poets make it into something better, or at least something different.
I intend to release the potential in language and, by situating the books on the discoherent barrier where meaning starts to fail, reveal an Apollonian content in words usually canceled out by their application as the cold tools of ideology and management systems. At the same time, showcasing the power of a weapon as a dynamic interface between human body, hand, and centres of the brain. The book covers and the pages have turned into attractive palimpsests of ownership circular marks. Their formal outcome is underpinned by many rapid and fatal decisions, and the absurd and somewhat alarming nature of the circular ‘Wound’ on cover is retained as identification, -It is as if we re-visit Matta-Clarks Conical Intersect 1975.
But sealing completely the text/book block, so any new ‘reader’ would at least have a potted version of its original contents.
Throughout the process, the books are threatened as physical objects and extent beyond the value of their author, into questioning the denoting “knowledge” and how it is disseminated, acquired/ ‘appropriated’ on an individual level while also addressing notions of contemporary self-publishing. In any case this project derives from an investigation on the history of book destruction explored in my ongoing international artbook project initiative, Building my Library in 2006, which dominates in my oeuvre.
The authors of the books I choose to attack do not play any role in the authorship of the act of 're-appropriation' and re-contextualization, neither in its valuability as an art object. Whilst I construct the conditions, i.e., deploying and repurposing language from a vast cultural database/library, I am both the ‘consumer’ /owner of the ready made/book and the Artist/composer who decides upon its destruction or its rebirth. An intellectual and conceptual author of the ‘Wounded Book’ artifacts. With as much space as possible left open for interpretation, the writer’s body vanishes. I work backwards and forwards between a bodily involvement in the process and making the audience aware that what they are looking at is my intellectual construction. This derives from an early idiosyncratic series of Booksculptures created by destroying and uncovering the books, which existed in my own library in an act of ‘erasing’ the meaning of authorship. (See info here) The matter of ‘faceless’ books is a way to expose the underlying relationships and assumptions that original texts precariously subsist upon.
No less than James Joyce said: “I am quite content to go down to posterity as a scissors and paste man for that seems to me a harsh but not unjust description” — but the ease and scale of scissoring and pasting are unprecedented.
Selecting, destroying and sharing the re- appropriated product, generates new interesting meanings, and in doing so, disrupts the existing order of things, challenging ‘readers’ desire for a single channel of explanation. The books themselves are possibly the ones to threaten their own authors, and losing their expected readability in commercialism, instead have been diachronically transformed into collectable socio-cultural, political and aesthetical artifacts, allowing them to have a life of their own.
Moving this project forward, it is planned for new ‘Wounded Books’ to be exposed as part of the ATML and a series of interventions/exhibitions in Libraries and cultural centers in UK and Europe supported by independent organizations and bibliophiles/collectors.
[1] Nicolas Bourriaud, Postproduction: Culture As Screenplay: How Art Reprograms the World, (New York: Lukas & Sternberg, 2002), p.9.
[2] Gilles Deleuze, Negotiations, (New York: Columbia University Press, 1995), p.161.
[3] Michel De Certeau, The Practice of Everyday Life, (Berkeley and Los Angeles, CA: University of California Press, 2011), xxi.