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Hace ya algún tiempo que subir a los montes donde se ubican las favelas de Rio de Janeiro se volvió un deseado atractivo turístico. Conocer Rio de Janeiro, dicen, no se resume en conocer las bellas playas y montañas de la ciudad. Para entender Rio es necesario conocer también la realidad social, y eso es posible a través de una experiencia educativa dada por la cultura y el modo de vida auténtico de la población con más carencias. Es así como funciona el discurso que utilizan las agencias para vender paseos por las favelas. Los mecanismos del discurso que consiguen promover el turismo en lugares asociados a la pobreza y a la violencia fueron lúcidamente discutidos por Bianca Freire-Medeiros en su texto “A Construção da Favela Carioca como Destino Turístico”1. Según la autora, el proceso de construcción de ese tipo de destino turístico se da debido a la expansión de los llamados reality tours y al fenómeno de consumo de la imagen de la favela como trademark a la que se asocia la preservación de una cultura local inserta en un territorio violento. Cabe también resaltar la influencia del cine nacional, en particular, las películas “Cidade de Deus”, de Fernando Meireles y “Tropa de Elite”, de José Padilla, que generan el imaginario de una realidad al mismo tiempo peligrosa y atractiva.
La discusión del tema es compleja y exige una larga reflexión, donde diferentes puntos de vista deben ser analizados. El proceso de entrada de las agencias turísticas en las favelas, su relación con los habitantes, con el trafico de drogas, el compromiso social, etc., todo está en juego cuando se vende la imagen para turistas. La estética de la favela es la estética de lo local, de la tradición, de la samba, del colorido, de gente simpática y alegre dentro de una organización social improvisada que se mezcla en un entorno de violencia debido al tráfico de drogas. Las agencias, por supuesto, garantizan la experiencia con total seguridad. Sin embargo, hay mucha curiosidad acerca de esa realidad que muestra la película “Cidade de Deus”, lo que acaba generando otras modalidades que van más allá de un paseo pintoresco. Como consta en un reportaje del periódico “Folha de São Paulo”2 en mayo de 2008, ahora también se ofrece la visita a la favela con derecho a conversar con traficante. La agencia promete presentar a los turistas a los llamados “soldados” armados, seguridad de traficantes poderosos, volviendo así la aventura mucho más excitante.
Los paseos por las favelas empezaran en los años 90 en la favela Rocinha, la mayor de Brasil, una de las más urbanizadas de Rio de Janeiro. Hoy ese mercado turístico ha crecido, siendo posible realizar tours de diversos modos: moto, van, minibús, aunque la manera más polémica y más popular son los jeep tour, que muchas veces han sido comparados con los safaris, donde los turistas circulan en jeeps sacando fotos y filmes alejados del entorno (salvaje). El hecho de poseer cámaras acentúa la desigualdad de aquellos que registran la mirada a través de la lente. Sin embargo, en esa situación, el turista que mira es también mirado. En el momento de la mirada se da la experiencia de contacto con el otro. “El acceso al rostro es de entrada ético”3, dice Emmanuel Lévinas, “desde el momento en que el otro me mira, yo soy responsable de él sin ni siquiera tener que tomar responsabilidades en relación a él; su responsabilidad me incumbe.”4 La experiencia entonces lleva a ese contacto que se establece a través de la mirada, aunque sea desde detrás de una lente.
Sin embargo, esa mirada que muchas veces confiere un sentido de responsabilidad, a menudo es movida por la búsqueda de estereotipos, considerando que se trata de un país donde el tipo de representación que llega al exterior incita a innumerables reflexiones. Así pues Tunico Amâncio, en su libro “O Brasil dos gringos”5 analiza la manera que el país es representado en las grandes producciones cinematográficas internacionales generando discusiones - narrativas y simbólicas - de los modos de representación. Basado en el libro de Amâncio, la cineasta Lucia Murat lanzó en 2006 el documental “Olhar estrangeiro”6, donde a partir de entrevistas con directores, guionistas y actores, traza un panorama de lo que sería la mirada extranjera sobre Brasil. Una mirada que busca diferencias, pero que al mismo tiempo desea encontrar un reconocimiento de aquello que habita en su imaginario.
De esta forma, según Bianca Freire-Medeiros, “frecuentemente comercializada cómo rememorativa, educacional y/o de entretenimiento, esa modalidad turística atrae a personas ávidas de consumir muertes, desastres y miserias espectacularizadas, levantando cuestiones éticas y morales en lo que concierne a la naturaleza de la mirada turística. La favela que es elaborada y vendida como atracción turística lleva a la paradoja las premisas de los reality tours: al mismo tiempo que permite un compromiso altruista y políticamente correcto ante el paisaje social, motiva un sentimiento de aventura y de deslumbramiento ante el paisaje físico. Es la experiencia de lo autentico, lo exótico y del riesgo en un único lugar.”7 Harold Goodwin, director del Centro Internacional de Responsabilidad en el Turismo en Leeds, Inglaterra, percibe la importancia de cuestionarse, no tanto si los paseos en la favela deben o no existir, sino cómo éstos deben ser conducidos.8
Está constatado que el interés por la favela, según los agentes de turismo, ha crecido considerablemente después del éxito de la película “Cidade de Deus”. Estrenada en 2002, la película es una adaptación del libro de Paulo Lins lanzado en 1997 donde el autor retrata, basándose en hechos reales, el proceso de crecimiento de este conjunto habitacional popular desde los años 60. Pero, a pesar del éxito de la película, “Cidade de Deus” no funciona como destino turístico, pues como dice Buscapé (Alexandre Rodrigues), protagonista de la película, “La Cidade de Deus queda muy lejos de la postal de Rio de Janeiro.” Es decir, el conjunto habitacional que da nombre a la película queda lejos de la zona sur y por tanto no corresponde a la idea de la favela cómo monte con vistas al mar, tampoco ofrece impactos visuales entre ricos y pobres. De hecho, una de las vistas más hermosas de Rio de Janeiro es la del alto del monte de Rocinha. Además Cidade de Deus se define como conjunto habitacional planeado no presentando el aspecto vernacular encontrado en las favelas. Si muchas veces la realización de la película fue cuestionada por el compromiso que podría causar en el turismo de Rio, parece que el efecto fue el contrario. En vez de rechazar el turismo, la exposición de la violencia volvió la ciudad aún más atractiva.
Para los turistas insatisfechos con una simple visita, ha surgido además la opción de hospedaje dentro de la favela. Hoy ya son tres favelas las que albergan las llamadas pousadas, especie de hostal, para que el turista pueda “vivenciar” el lifestile del monte. Una de ellas, “The Maze”, se ubica en la favela Tavares Bastos, uno de los escenarios utilizados en el rodaje de “Tropa de Elite.” La película, estrenada en 2007, trata de la presencia del BOPE (Batallón de Operaciones Policiales Especiales) dentro de la favela y, así como “Cidade de Deus”, alcanzó proyección internacional. De hecho, Tavares Bastos sigue siendo protegida por el BOPE, que mantiene ahí su base. Así también, bajo el control del BOPE, está la favela “Pereirão” donde se encuentra otra pousada: la “Favelinha”. Según una declaración de la propietaria Andréia9, hay un tipo de turista que no encuentra la adrenalina que esperaba en su pousada. Entonces, cuando es así, ella los envía a otro local ubicado en el Monte da Babilonia: este sí es más violento y garantiza más aventura, ofreciendo la oportunidad de, con suerte, presenciar un tiroteo – cómo en el cine.
Por supuesto que existen atractivos en los modos de vida de la favela, pero es “cómo acercarse” y “por qué” lo que constituye los discursos de las agencias. Así, la favela se transforma en uno de aquellos puntos turísticos “obligatorios” de Rio de Janeiro – uno de los que hay que ver. De esta manera, observa Freire-Medeiros, “cómo trademark, la favela trae un pesado fardo de representación. Atajo metonímico para todo lo que es tropical, rústico y reciclable, la favela se volvió un signo al que están asociados significados ambivalentes. Es vista, a la vez, cómo territorio violento en los márgenes de la racionalidad, y lugar de solidaridades y autenticidades preservadas. Es a partir de esos atributos simbólicos, que la construyen cómo un territorio de la imaginación en que pueden ser investidos diferentes ansiedades y deseos, cómo la favela es elaborada, vendida y consumida cómo destino turístico.”10 La construcción de este imaginario revierte así en la proliferación de turistas en busca de una imagen del país.
Se puede notar, sin embargo, que la favela, además de turistas europeos, recibe turistas de Latinoamérica que nunca habían tenido la “curiosidad” de visitar la favela de su país. Es el caso de una arquitecta venezolana huésped en la “The Maze” que en una declaración11 contó que nunca visitó la favela “Petare”, en Gran Caracas, tres veces mayor que Rocinha. De esta manera, parece que se afirma el interés acerca de lo que Bianca Freire-Medeiros apunta como trademark en la venta de la favela como producto turístico alternativo a través del discurso de encuentro a “la cultura auténtica”. Los turistas ansían el enfrentamiento con algo inusitado, alejado de la estructura globalizada. En tiempos de globalización, dice la autora, “lo que es cierto es que la industria del turismo es responsable de crear maneras de transformar, hacer circular y consumir localidades creando una cultura material y una economía de sensaciones que le es específica.”12 La influencia no sólo del cine, sino también de otros medios vehiculados a la producción cultural contribuyen a crear esa imagen.
Así, los turistas que buscan experiencias más intensas, hospedándose dentro de las favelas amplían la mirada turística con el uso de la fotografía y cámaras de video registrando paso a paso la vida de sus habitantes. Así, al final, la imagen del turista es impensable sin su cámara13, donde a su vez se vuelve el protagonista de su propia historia. “En la ficción cinematográfica, según Ismail Xavier, junto con la cámara, estoy por todas partes y en ningún lugar; y en todos los rincones, al lado de los personajes, pero sin llenar el espacio, sin tener presencia reconocida. En suma, la mirada del cine es una mirada sin cuerpo.”14 Aquí el cuerpo entra en escena y asume su mirada en medio de los personajes que viven en sus realidades. Así, la vecina de la pousada que a menudo es fotografiada en el interior de su casa nos pregunta: “¿Lo que ellos tanto quieren ver?”15
Bibliografia:
LÉVINAS, Emmanuel (2000). Etica e infinito. Traducción: Jesús María Ayuso Díez. Ed. A.Machado libros, Madrid
VVAA (2003) O Olhar. Ed. Companhia das letras, São Paulo
Revista:
Marie Claire (Abril/2009), Ed. Globo, São Paulo
Webgrafía:
Freire-Medeiros, Bianca. A construção da favela carioca como destino turístico. Rio de Janeiro: CPDOC, 2006. http://www.chs.ubc.ca/consortia/references/TurismoFavelaCarioca_portug.pdf
Amanda de Carmargo Mendes, Isaac Antonio Camargo. Cidade Maravilhosa:olhares cinematográficos contemporâneos
http://www.uel.br/revistas/uel/index.php/discursosfotograficos/article/viewFile/1478/1224
http://www1.folha.uol.com.br/fsp/cotidian/ff0405200801.htm
http://www.overmundo.com.br/overblog/o-venhevai-do-turismo-e-o-sobidesce-da-favela
http://revistamarieclaire.globo.com/Marieclaire/0,6993,EML1697833-1740,00.html
http://www.taigafilmes.com/olhar/port.html
http://www.cinecaleidoscopio.com.br/solucao_individual_dos_problemas_sociais.html
http://noticias.uol.com.br/midiaglobal/nytimes/2008/03/09/ult574u8272.jhtm
http://www.turismoehotelaria.com.br/turismoehotelaria/principal/conteudo.asp?id=4327
http://www.faveladodarocinha.com/favelas.html
http://www.riodejaneiro-turismo.com.br/pt/
http://www.favelatourismworkshop.com/indexport.htm
http://jazzrio.info/newsletter/mailing-view/45.html
http://www.favelinha.com/po/index.php
1 Freire-Medeiros, Bianca. A construção da favela carioca como destino turístico. Rio de Janeiro: CPDOC, 2006.
3 LÉVINAS, Emmanuel (2000). Etica e infinito. Traducción: Jesús María Ayuso Díez. Ed. A.Machado libros, Madrid p.80
4 Ibdem p.71
5 Amâncio, Tunico (2000) O Brasil dos gringos: imagens no cinema, Ed. Intertexto, Niterói.
6 Película: Murat, Lucia (2006) O Olhar estrageiro
7 Freire-Medeiros, Bianca (2006) A construção da favela carioca como destino turístico. Rio de Janeiro, p.05
8 Goodwin in Weiner, Eric:Passeio na favela: turismo ou vouyeurismo? http://noticias.uol.com.br/midiaglobal/nytimes/2008/03/09/ult574u8272.jhtm
9 Revista Marie Claire (abril/2009), p.111
10 Freire-Medeiros, Bianca (2006) A construção da favela carioca como destino turístico. Rio de Janeiro, p.07
11 Revista Marie Claire (abril/2009), p.113
12 Ibdem, p.02
13 Para una reflexión más completa sobre la fotografía turística véase el “Video-texto: turista de pasaje”, publicado en Interartive #4
14 Xavier, Ismail: Cinema: revelaçao e engano in VVAA. O Olhar. P.370
15 Revista Marie Claire (abril/2009), p.111