Introducción a la obra de Danica Dakic | MODESTA DI PAOLA

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El modelo actual de creación artística, siguiendo los cambios dados por la nueva era globalizada, se ha comprometido con la difícil tarea de subvertir las perspectivas de representación convencional de la subjetividad humana. El individuo, lejos de ser una esencia monolítica definida, se define más bien por el conjunto de experiencias múltiples dadas por variables que se combinan entre ellas como la clase, la raza, la edad, el estilo de vida, la preferencia sexual y la experiencia personal. A menudo, el artista de hoy reflexiona sobre estas combinaciones de elementos que componen la esencia de las subjetividades sobremodernas imponiéndose al descubrimiento de ciertas localizaciones que si no quedarían omitidas en los relatos tradicionales de la Historia o de la Política. Una técnica de relocalización estratégica que permite rescatar los senderos de transformación que dominan nuestra época.

La obra de Danica Dakic ha abordado desde el principio la dimensión del espectáculo más personal, íntima y subjetiva, pero no por ello menos social, publica o política. Su obra, si bien no permite enmarcarse totalmente dentro una definición típicamente política – como afirma la misma artista – quiere, sin embargo, investigar desde una perspectiva personal los ámbitos de la identidad social en relación a las determinantes geográficas, culturales y publicas. Su obra, por lo tanto, se acerca a los asuntos de la política, en el sentido oficial e ideológico, desde una perspectiva que analiza los términos de condicionamiento que ésta opera en la sociedad, con su empeñarse en dictar pautas, normas tradicionales y reglas impuestas que contradicen y alteran las existencias de los individuos y de las colectividades en una realidad en constante mutación y trasformación.

Poniendo énfasis en la canonización del nuevo concepto de política propuesto por Deleuze y Guattari – para los cuales todo es política, pero toda política es al mismo tiempo micropolítica y macropolítica- se puede afirmar que la obra de Danica Dakic busca un continuo entrecruzamiento de discursos personales, íntimos y cotidianos que se relacionan con las barreras sobrepuestas por los atareados discursos del poder. Bajo esta perspectiva es incuestionable que las investigaciones de la artista la lleven a enfrentarse con lo político del cual depende, en buena medida, la experiencia individual, social, humana, en un constante análisis de las realidades micropolíticas, de los aspectos marginales, de la reivindicación de las identidades locales y plurales relacionadas con el sexo, la raza, la etnia, la memoria, la nostalgia y la pertenencia.

La artista nace en 1962 en Sarajevo, Bosnia y Herzegovina. Actualmente vive y trabaja entre su ciudad natal y Dusseldorf, Alemania, en las cuales acude a las Academias de Bellas Artes. Se forma, también, en la Facultad de Bellas Artes de Belgrado.

A lo largo de toda su trayectoria artística se ha dedicado a la fotografía, el video, el cine, las instalaciones esculturales, video proyecciones situadas en lugares específicos y proyectos con sonidos relacionados con la arquitectura publica. De hecho, las obras de la artista se van encontrando, no sólo en salas y espacios museales, sino también en espacios públicos: la instalación sonora Under Construction (1999) realizada en la fachada de la Galería Nacional de Bosnia-Herzegovina y presentada en la exposición “Under Construction” organizada por el SCCA de Sarajevo; la instalación sonora Lullaby of the Earth (2000) en el Novy Most Bridge de Bratislava y la obra Go_home (2001), que se mueve entre un espacio privado y uno publico como el de Internet. En ellas, la artista se cuestiona el tema de la construcción de la identidad y del “hogar” dado por los cambios sociales, la globalización o la guerra basándose en su propia experiencia como victima de esta última y como emigrante.

En los últimos años Danica Dakic ha participado en varias bienales y exposiciones, entre las que destacan la colectiva How do we want to be governed?, donde ha presentado la obra Deaf Dance (2003) y la Documenta 12 con la obra El Dorado (2007). Estas dos obras pueden ser consideradas como recorridos mentales hechos de etapas fundamentales para el análisis de la construcción de la identidad. La instalación Deaf Dance, presenta al grupo de baile de tapdance Bosanski Vidici, cuyos miembros son inmigrantes bosnios en Dusseldorf. Este grupo lleva a cabo coreografías sin acompañamiento musical. El ritmo es la voz del líder; los bailarines, cogidos de las manos, siguen sus instrucciones a la hora de ejecutar los pasos y movimientos. Los pies y las cabezas están fuera del marco visual con el objetivo de potenciar la visión de los detalles del vestuario teatral, extraído de varias épocas históricas, que sustituye el tradicional traje regional. Con esta estrategia la artista quiere dejar fuera del marco visual la identidad de los bailarines con la intención de facilitar al observador su identificación con los personajes. Lo que aparentemente parece un “documental folklórico” o un documental de denuncia de una condición minoritaria, cada vez más amenazada por la globalización, quiere ser lo que podríamos definir una pequeña narrativa que pone en relieve la subjetividad minoritaria y la cuestión de las identidades culturales que se construyen colectivamente sobre la base de la experiencia, la memoria, la tradición así como de una amplia variedad de practicas culturales (como la danza y el teatro), sociales y políticas. La intención consciente es la de universalizar el saber popular con el lenguaje de la danza (una de las actividades humanas mas espiritual del quehacer humano).

La misma componente narrativa, que se interroga sobre la construcción de la identidad y pertenencia en relación a los impactos de los cambios sociales, se evidencia en la obra de la Documenta 12. El dorado ha sido concebida por la artista como la interacción entre diferentes medios de comunicación situados en lugares distintos: una video proyección en el Schloss Wilhelmshöhe, una instalación sonora y una performance, ambas en el Deutsches Tapetenmuseum de Kassel. Es la utopía de un paraíso por descubrir, la leyenda de una búsqueda hacia la riqueza sin límites. En el Deutsches Tapetenmuseum (Museo de tapies) de Kassel la utopía de el dorado es exhibida en el fondo de una pantalla panorámica histórica del 1848. En la obra de Danica este fondo ha sido parcialmente reproducido en un telón de fondo que proporciona la pantalla del proyecto en video exhibido en el Schloss Wilhelmshöhe con el soporte de retratos fotográficos. Delante de esa pantalla actúa un grupo de adolescentes que bailan, cantan, luchan, corren, hablan de escape y expulsión, de confianza y voluntad de vivir, de esperanzas y temores. Los chicos que provienen de la casa Hephata (que acoge los menores refugiados), del centro juvenil Schlachthof y del Carl-Schomburg-Schule, con sus cuentos e historias representan la oportunidad de crear un nuevo mundo por medio de sus personales visiones de la vida. En el Museo Alemán de Tapies, la performance de la misma artista intenta tejer un paisaje de carácter acústico donde el camino a El Dorado es divulgado a los visitantes como si fuera una ensoñación visual y acústica en la búsqueda del paraíso perdido.

La voluntad de tratar los aspectos corporales y globales de la identidad y del lenguaje, así como las tensiones que se establecen entre las experiencias individuales y colectivas, sitúan a la artista ante un nuevo concepto de teatralidad, que bien sería resumido por el filósofo Alain Badiou en su ensayo “Being and event”, 1988: el objetivo es dar sentido a la innovación transformadora y profunda en cualquier situación, a través de un compromiso genuino.

En obras anteriores como Zid/Wall (1998), Step by step (1998), Autoportrait (1999) y Go_Home (2001) el análisis de las subjetividades en relación a la vida comunitaria interviene a través de un compromiso genuino y desde un punto de vista intimo y personal sobre asuntos importantes como la emigración, la cultura, la historia, la identidad, el lenguaje. Una obra que nos lleva a reflexionar sobre las barreras clásicas y las nuevas barreras dictadas por la economía y la política, así como por las barreras lingüísticas. Zid/Wall es una instalación que contiene 64 imágenes de bocas que cuentan historias en diferentes idiomas y que componen un collage en una pared. La artista quiere poner en evidencia la relación que se establece entre arquitectura, cuerpo e identidad y cómo los “muros” que nos son intrínsecos impiden una fácil comprensión de la “cultura otra” o, simplificando, la comunicación entre personas de idioma y culturas diferentes.

En Step by step se pone en evidencia el problema de la descontextualización y el concepto de “hogar”: 44.000 cubitos transparentes componen una escalera, un puente imaginario que une sus diferentes realidades de pertenencia, la bosniaca y la alemana.

Autoportrait es probablemente una de las obras más conocidas de Danica Dakic. La videoproyección de la cara de la misma artista pretende investigar su propia identidad. La imagen de la cara, sin embargo, se vuelve impersonal por el hecho de que no tiene ojos sino dos bocas, una en el lugar convencional y la otra en el centro de la frente, que hablan simultáneamente en bosnio y alemán. En esta obra, la política, así como “lo personal”, intervienen indirectamente. En palabras de la misma artista se evidencia la importancia de la interlocución con el publico, su propia aportación personal de experiencia sensitiva. Autoportrait es una experiencia que existe en muchas personas que comparten la movilidad, la emigración y la nostalgia causada por la separación de su propia cultura e idioma.

Go_home, obra compleja que Dakic realiza junto a la artista croata Sandra Sterle, es un proyecto no acabado en busca de la identidad, un dialogo americano-europeo sobre el tema del “hogar” como lugar de pertenencia. En 2001, las dos artistas decidieron desarrollar un proyecto en Nueva York durante 4 meses que se concretó en el Art-open-door-home, convertido en un espacio publico donde vecinos, historiadores del arte, artistas, sociólogos, emigrantes, estudiantes, etc., eran invitados a participar en las “discusiones de la comida dominical” (Sunday dinner discussions) retransmitidas por Internet gracias a la realización de un webcast a través del centro de nuevos medios de comunicación de la “Location One” de Nueva York.
La obra actualmente se presenta en un website donde se recopila el material recogido durante aquellos meses: los diarios realizados por las dos artistas (NY Diaries), el apartado “dinner”, el “Guest artists” y el archivo que comprende textos, un artcast, una bibliografía y una sección de recetas.

El proyecto contempla, entonces, un site specific y un time specific altamente personal -el de la propia casa de las artistas o el de la web, entendida como casa virtual-, en las que el ritual del “dinner table” conlleva la creación de una discusión pública sobre algunos topicos como: “Architecture of Migration”; “Women who move too much: relocating culture, reproducing home”; “Transitori Cases: language, media and migration”; “Imagined Homes: nationalism and globalization”. Las artistas convirtieron, de esa forma, la resistencia psicológica y la propia web en lugares de proyectos y creaciones y, al mismo tiempo, en un espacio común de encuentro entre diferentes actores para el diálogo y el intercambio sobre temáticas de interés público discutidos fuera de los circuitos convencionales e institucionales.

Con su obra Danica Dakic parece indicarnos el nuevo valor del “hogar” contemporáneo que atañe a muchas de las personas desterritorializadas de su propio contexto originario. La casa quizás es para ellos un refugio mental más que material o virtual en el que se activa la componente dialéctica del reinventarse para sobrevivir a la realidad por medio del pensamiento, la resistencia y el sueño.

Artist's webpage: http://www.danicadakic.com/