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Lucila Vilela. Quadro, 2011.
Lucila Vilela es artista plástica e investigadora. Realizó el Proyecto CASA, de Artes Visuales y Performances, ganador del premio “Elisabete Anderle de estímulo a la cultura”, en Florianópolis/SC (2010) y en Joinville (2014). Cursando el doctorado en Artes Visuales del Programa de Postgrado en Artes Visuales de la Universidad del Estado de Santa Catarina. Miembro del equipo editorial de la Revista Digital Interartive: Contemporary Art and Thought (www.interartive.org). Reside y trabaja en Florianópolis-SC.
Carmen Zaglul: La típica pregunta: ¿con quién pasarías 10 minutos? ¿una hora? ¿una semana?
Lucila Vilela: ¡¿con quién?! ¡qué difícil! Creo que pasaría una semana con Jesus, una hora con Duchamp y diez minutos con la Monalisa.
CZ: La pregunta cliché: ¿una banda? ¿un libro? ¿una película? ¿un color?
LV: ¡Esa es una pregunta para una celebridad! (risas) Una banda…Itamar Assumpção e a Isca de Polícia. Un libro: Ilusiones Perdidas, de Balzac, una película… películas hay un montón, veo tantas películas, una que se me viene a la cabeza: Sueños, de Akira Kurosawa. Un color: ¡ah! Me gustan todos los colores, no logro definir uno.
CZ: ¿Libertad?
LV: Voy a citar Brecht: “¿De qué sirve la libertad si los libres tienen que vivir entre quienes no lo son?”
CZ: ¿Qué es lo más importante que hay que saber cuando se hace arte?
LV: Ser sincero, verdadero en aquello que se hace. Y también entender el medio en el que uno se mueve, saber historia del arte y tener conocimiento de campo, como en cualquier profesión..
CZ: Entonces ¿uno podía definir qué es arte?
LV: No. No se puede, porque es un concepto muy escurridizo y que va cambiando todo el tiempo. Desde que surgió la palabra “arte” hasta hoy, el concepto se ha ido modificando, dependiendo del entendimiento de cada época. Entonces no hay cómo definir qué es arte. Si lo definimos, lo matamos.
CZ: ¿Qué hace a una obra de arte ser obra de arte?
LV: El medio, las instituciones, las personas que la evalúan. Los estudios que se hacen. Existen obras de arte… Tu puedes creer que yo tengo una obra de arte que no es reconocida: ok, eso puede pasar. Pero quien realmente va a decir qué es una obra de arte es ese medio, si no, nunca llegarías a saber qué es una obra de arte, nadie lo sabría. Pero eso también está cambiando gracias a los medios digitales: si yo coloco la imagen de una obra, existe un cierto alcance que se difunde por medio de páginas web o redes sociales; las personas que tengan acceso a ellas pueden entender mi imagen como arte. Va a depender también de cómo un artista se posiciona, como difunde su trabajo. Pero de cualquier forma, todavía son las instituciones las que legitiman una obra.
CZ: ¿Qué significa traer la casa al campo del arte y viceversa?
LV: La idea de mezclar el arte y la vida, de traer lo cotidiano hacia el arte y el arte hacia lo cotidiano, que no es una idea nueva, pero que creo que puede ser todavía bastante explorada.
CZ: ¿Hasta dónde llega la individualidad de un artista?
LV: La individualidad de un artista no es diferente de la individualidad de cualquier persona: cada uno tiene una individualidad. Tal vez tu pregunta sea en el sentido de la singularidad, y no tanto de un artista como de su trabajo. Yo ahora estoy estudiando la originalidad/copia y la cuestión de lo nuevo: por ejemplo, no existe algo creado de la nada, porque uno siempre está absorbiendo cosas de varios lugares. Esa mezcla y lo que uno hace con eso, constituye una especie de singularidad que es lo que diferencia a cada artista.
CZ: ¿La interacción del público compone una obra de arte? ¿Cómo?
LV: Umberto Eco tiene aquel texto sobre la obra abierta, en el que dice que la obra es algo inacabado que exige de la mirada del espectador una participación activa. Entonces, creo que la obra de arte debe ser enseñada. Creo que depende de la intención del artista: si eres un artista que produce mucho y tienes tu atelier lleno de obras, necesitas liberar espacio, mostrar tu trabajo. Las personas deben ver y reconocer las piezas como objeto artístico.
CZ: ¿Y tu intención?
LV: la mía… no es tan así, porque no soy solo artista.
CZ: ¿Qué más eres?
LV: Yo trabajo con arte, pienso en arte, siempre me he movido en el campo del arte. Edito una revista, escribo textos, hago un doctorado y entonces también tengo el lado teórico… tengo también el lado de curaduría, en el que ya actué un poco. El lado del arte, lo comencé a desarrollar a partir de la copia: hacía muchas reproducciones en pintura, murales, que hago hasta hoy. Después empecé a trabajar con vídeo, objetos.... Entonces yo no soy una persona de esas que vas a llegar aquí y yo voy a estar construyendo objetos, trabajando en mi atelier. Incluso porque muchas veces yo tengo la idea y la mando a construir. Soy de aquellas artistas que subcontratan.
CZ: Si, pero eso no te quita ningún valor…
LV: No. Eso es muy común, muy normal, pero yo no estoy haciendo arte todo el tiempo. Estoy pensando en arte todo el tiempo. El proyecto CASA es un proyecto que tengo, lo tengo escrito y mi intención es seguir con él porque en cada lugar es diferente, en cada ciudad, en cada país, se transforma. Solo que como es caro y necesita dinero y ganar concursos, termina guardado en el cajón, a veces no gana… Hay muchos otros proyectos que están en el cajón, que nadie sabe. Y eso, esa política de concursos, me funcionó bien, para mi trabajo. Pero yo no soy una artista de mercado, de exposición. Entonces, si el artista quiere desarrollar esa faceta de la carrera de artista por ese lado, es otra cosa: tiene que mostrar, tiene que exponer, hacer currículum, entrar en galerías, exposiciones. No es mi caso.
CZ: ¿Una obra de arte está terminada cuando el artista dice que está terminada, o continúa cuando está expuesta? ¿Qué determina que una obra esté terminada?
LV: A veces el artista nunca dirá que está lista. La obra puede estar expuesta y él puede estar todavía trabajando en ella hasta el último instante, o puede dejar de exponerse y él continuar trabajando en ella… tal vez en el momento en que se desprende de ella, cuando la vende o cuando va a una colección; en ese momento ya no tiene más control.
CZ: ¿Dirías que los espacios modifican la interpretación de la obra?
LV: Creo que tienen una influencia, sí. No sé si la modifican, creo que inducen; la manera en que está expuesta puede inducir a algún tipo de lectura.
CZ: ¿Crees que es posible prever la intención del público?
LV: Creo que las percepciones son muy diferentes. Yo prefiero hablar de percepción de que de interpretación, porque interpretar la obra es algo muy definido y la percepción es más subjetiva. Puedes ver la misma obra que yo y tu percepción va a ser diferente de la mía porque tus referencias son otras, y las mías también. Pero prever la interpretación creo que no es posible. No hoy, aunque hubo una época en que las obras representaban mitos, alegorías, que eran justamente para ser interpretados. Lo que sí es posible es prever la reacción de las personas, dependiendo del trabajo; ahí tienes un montón de ejemplos.
CZ: ¿Dirías que tu proyecto CASA se transforma en galería?
LV: No.
CZ: ¿Ni en un museo, ni en un espacio autónomo?
LV: No. Justamente ese es uno de los puntos del proyecto: huir de espacio galería, del museo institucional, porque la CASA no es un espacio donde expongo mis obras, la casa es la obra, la arquitectura es la obra; trabajo la casa entera conceptualmente, desde el momento de la llegada, la relación con el que vive ahí, con los vecinos, las reparaciones, el montaje, hasta el momento en que está abierta al público, todo forma parte del proyecto. Y la CASA es un proyecto en el que la reacción del público para mí, fue una sorpresa. En el momento que el público entró yo no tenía manera de prever la respuesta, y se dieron diversas reacciones; en cada ciudad fue muy diferente también.
CZ: ¿Registraste de alguna forma esas percepciones?
LV: Tengo un libro en que las personas dejaron sus impresiones. Hubo gente que vino a hablar conmigo también. Tengo bastante registro fotográfico y vídeos que muestran la casa en general, con los visitantes.
CZ: ¿Es importante ese registro?
LV: Es súper importante, porque siempre es bueno saber lo que los otros piensan, ese feedback, lo que los otros sienten sobre lo que haces, sino todo queda medio vacío. Haces una cosa enorme, gastas un dinero y tal, y si nadie te dice nada, piensas “¿será que estoy loca?” (risas). Hubo una chica que me encontré en Barcelona en una exposición de Pipilotti Rist, que me dio el mejor elogio de la vida. Estábamos comentando sobre la exposición y ella dijo que le había gustado mucho ver a Pipilotti Rist, pero que entrar en la CASA fue una experiencia mucho mejor, porque… ¡santísima!
CZ: ¡Por Dios! (risas)...
LV: ¡Pues si! No podía creerlo, porque para mi la exposición de Pipilotti Rist estaba siendo increíble, entonces le dije: “¡no, no puedes estar hablando en serio!” Y ella comentó que la experiencia de la CASA proporciona una percepción en todos los sentidos… que no es solo una experiencia visual, me dio hasta un poco de vergüenza su elogio!
CZ: ¿Qué significa “valor institucional del arte”?
LV: La institución, desde que empieza toda esa discusión sobre el arte, siempre trata de lidiar con el valor, ya sea simbólico o económico del arte. Hoy tenemos las instituciones, los museos, las fundaciones, que de alguna manera son lugares que atestiguan ese valor. Quien expuso bien esa cuestión fue Duchamp, con sus readymade. O sea, vas a un baño y ves un orinal y no es nada, pero si ves ese mismo orinal en un museo, toma totalmente otro sentido. El museo tiene el respaldo de decir que eso es arte: ¡vean! ¡rindan culto! Esas instituciones, de algún forma, están afirmando lo que es arte, a pesar de que pueda no serlo; es una línea muy fina. Así, el arte lidia con ese valor, que es simbólico, que legitima la obra y al mismo tiempo le adjudica un valor monetario. Hay mucha tela que cortar sobre ese tema. Hubo un momento en que los artistas se pusieron en contra de las instituciones, y después ellas abrigaron todo lo que estaba contra ellas mismas, porque es eso: cualquier tipo de arte va a ser absorbido, incluso el más transgresor. Hoy son otras cosas las que están en juego.
CZ: ¿Qué es Fine Art?
LV: Me parece que actualmente se usa ese término para un arte diferenciado, un producto de lujo, de élite, una cosa específica, cara. Hoy el arte está mucho más popularizado. Antes la producción de imagen estaba restringida a los artistas y, después, con la fotografía digital, cualquier persona es capaz de tomar fotos increíbles, manipular y crear imágenes. Fine Art hoy se refiere a un producto refinado, hecho para circular en un núcleo reducido.
CZ: En el proyecto CASA usas objetos de artistas reconocidos de forma camuflada. ¿Existe diferencia entre el valor de un objeto de arte de un artista reconocido y uno que no, en el impacto final del espectador?
LV: Por parte del observador, no. Existe en el mercado: si lo pongo en el mercado, existe. Pero esa es justamente la intención de CASA, porque en el momento en que pongo la plancha de hierro de Man Ray mezclada con otras planchas normales o antiguas, pasa a estar al el mismo nivel que las otras, y a veces las personas no lo perciben. El Flávio de Carvalho en la cocina, mucha gente ni lo vio, porque estaba en un lugar de paso, y cerca de él había un reloj de cocina, objetos decorativos. El Cadeau, de Man Ray, por ejemplo, cuando se mostró en el museo estaba en una vitrina, en un cubo, con aquel aura, aquella “cosa” toda encima del objeto, y en la CASA no. Entonces, creo que también responde a aquella pregunta anterior… yo no presenté el Cadeau como algo importante, como una obra de arte de renombre. Y como hay muchas performances – siempre que hay algo escénico, eso llama un poco más la atención – muchas veces el objeto pasa desapercibido, en ese lugar donde yo lo quería colocar. Ahí mismo, si lo reconoces, no sabes si es copia, si es original, si yo lo hice, si es un plagio…
CZ: ¿Por qué objetos antiguos?
LV: Un poco por la estética, porque traen la cosa de casa, de casita. Hoy hay muchos apartamentos, mucha cosa design, y quería traer la CASA en su tradición, porque mi idea de casa era aquella casita de dibujo. Entonces esos muebles encajan más con esa idea. Los muebles surgieron primero, antes del proyecto CASA: el primero mueble que hice fue la lavadora, en 1999, cuando tuve la idea de poner un vídeo dentro del visor. Y fue antiguo porque me encontré la lavadora en la basura, no porque fuese mi intención que lo fuera. Hoy si quiero, busco algunos objetos antiguos, pero en aquella época quería una lavadora con visor, mi único requisito era que tuviera visor, y encontré esa lavadora en la basura y me dije: “¡va a ser esta!”. Y los otros muebles fueron siguiendo la misma línea.
CZ: Ya hablaste un poco sobre esto, pero ¿te consideras curadora de arte?
LV: No. O sea, a veces. Ahora voy a curar una exposición. A veces lo hago, pero no es que yo sea una referencia como curadora.
CZ: ¿Quién es un curador?
LV: ¡Kamilla Nunes!
CZ: ¿Vas a hacer una curaduría ahora?
LV: Voy a hacer una en Río de Janeiro en el espacio Saracura, que es la misma idea de la exposición “Múltiplo” que hubo en el Museo Víctor Meireles. Paula Borghi que ya trabaja con múltiples hace tiempo, me invitó para llevar mis múltiples y además hacer la curaduria.
CZ: ¿Qué son múltiplos?
LV: Múltiples de arte son obras que no son únicas. La denominación de los múltiples de arte surgió en los 60, principalmente con el grupo Fluxus, cuando decidieron hacer la obra de arte más accesible. La plancha de Man Ray, el Cadeau, tiene 5.000 ejemplares. En realidad existía un original, que Man Ray hizo en 1921 para una exposición en Paris, pero ese se perdió y después, en el 74, hizo varias series con Arturo Schwarz, que es un crítico que comenzó a hacer réplicas de los objetos dadaístas y surrealistas para hacer las obras más accesibles en el mercado. Porque tanto él como Duchamp, toda esa gente, creían que hacer “varios” no iba a interferir en el significado de la obra. Sólo que a pesar de ser 5.000 Cadeau, el precio baja pero sigue siendo un original; cada uno es un original porque todos están firmados por Man Ray. Todos tienen la firma, están numerados y vienen con un certificado de autenticidad; entonces, todos son originales. Hoy la palabra múltiple se extiende también a las cosas impresas, a las publicaciones, a los libros de artista, a los grabados. Depende mucho de la intención del artista o incluso del curador, si la obra se presenta como múltiple o no, pero una de las reglas es que no sea única.
CZ: ¿A quién llamarías de genio?
LV: A mi madre.
CZ: Visualmente, ¿qué te ha atraído más en los últimos cinco días?
LV: Un arco iris que vi en el cielo. Creo que fue hace más de cinco días…
CZ: Actualmente ¿qué te ha servido de inspiración?
LV: Últimamente estoy enfocada en la investigación, estoy estudiando y escribiendo sobre obras que me inspiran a pensar de alguna manera sobre lo que estoy estudiando sobre originalidad/copia.
CZ: ¿Qué no te gusta hacer y continuas haciendo?
LV: ¡La tesis! (risas) Una relación de amor y odio, porque me gusta investigar, pero escribir da trabajo!
CZ: ¿Algo que le gusta a todo el mundo pero tu detestas?
LV: Es difícil que a todo el mundo le guste lo mismo ¿no? ¡Todo el mundo es mucha gente! Pero a mi no me gustan las multitudes, pero si hay tanta gente, a la mayoría le debe gustar.
CZ: ¿De qué tienes miedo?
LV: De la estupidez.
CZ: ¿Qué serías si no fueras artista?
LV: Bailarina, trabajo con danza también.
CZ: ¡No vale! Está relacionado con ser artista también.
LV: ¿Cineasta? ¿Tampoco vale? (risas)
CZ: ¡Ya entendí!
CZ: ¿Los artistas deberían dejar un legado?
LV: No deberían, pero terminan dejándolo.
CZ: ¿Cuál te gustaría que fuera el tuyo?
LV: Yo no tengo mucho esa cosa de dejar para la posteridad… me parece medio pretencioso. Tal vez no quede nada, tal vez todo se vaya a la basura, pero…
CZ: Eso ya no pasó, ¿no te parece?
LV: Sí. No pasó, porque existe un registro. Aunque el registro no es garantía de nada, aún más en el medio digital: es mucho archivo, mucho material, todo se pierde.
CZ: Y más que registro, ¡alguien ya te dijo que fue mejor entrar en la CASA!
LV: Sí, ¡ya valió la pena!
CZ: ¿Cuál es el proyecto de tus sueños?
LV: Tengo uno que está guardado en el cajón: ¡no puedo revelarlo! Hay un proyecto que me encantaría hacer, pero es muy caro… quién sabe si en otro momento del país...
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Entrevistada por:
Carmen Zaglul es socia-fundadora da consultoría boutique Satori Estrategia, con experiencia internacional en dirección de arte y fotografía de proyectos corporativos. Fotógrafa y dibujante nacida en el Líbano y afincada en Brasil, después de vivir gran parte de su vida en Costa Rica, tiene formación en Fotografía, Publicidad y Lengua y Literatura Inglesa y Española.