En 1986 William J. T. Mitchell publica Iconology. Image, Text and Ideology, un texto fundamental que describe una nueva Iconología entendida no solo como la ciencia del icono, sino también como «the political psychology of icons, the study of iconophobia, iconophilia, and the struggle between iconoclasm and idolatry».[1] Ya desde el subtítulo del libro, Mitchell clarifica los tres componentes conceptuales de esta nueva posición teórica: la primera es la imagery relacionada con la noción de image (imagen, picture, imaginación, semejanza o imitación); la segunda es la textualitad (textuality) entendida como el “otro significante” de la representación; la tercera es la ideología, termino con el cual, a partir de presupuestos marxistas, quiere investigar las falsas consciencias y los sistemas simbólicos de representación que reflejan una situación histórica de dominación por parte de una clase dominante. Para Mitchell, la Iconología es por tanto el estudio del “logos” del “icono”, es decir la retórica de la imagen en un doble sentido: como estudio de lo que decimos acerca de la imagen pero también de lo que la imagen dice (what to say about images y what images say).[2]
Hasta entonces la Iconología se consideraba una obsoleta área de investigación de la Historia del Arte, asociada a los grandes nombres de su origen como Aby Warburg, Alois Riegl y Erwin Panofsky. El libro de Mitchell, por tanto, con sus innovaciones conceptuales relacionadas a las políticas ideológicas solicita el comienzo de una Iconología crítica entendida come la ciencia de la imagen que se extiende hacia varios ámbitos de estudios humanístico, de las ciencias sociales y hasta las ciencias naturales. En efecto, Iconology es el primer libro de una trilogía sobre la naturaleza de la imagen: Picture Theory (1994) y What Do Pictures Want? (2005) colaboraron a definir la discusión acerca de los cuatro conceptos fundamentales de la iconología de Mitchell: el pictorial turn, la distinción entre image/picture, la metaimagen y la bioimagen.
En Iconology encontramos una primera respuesta a la pregunta “Qué es una imagen?” y también “Cuál es la diferencia entre imagen y palabra?”. Las tempranas respuestas a estas cuestiones lo conducen a desarrollar un discurso acerca del logos (la palabra, la idea, el discurso y la ciencia) y del icono (la imagen), relacionando ambos de forma directa: «If Panofsky separated iconology from iconography by differentiating the interpretation of the total symbolic horizon of an image from the cataloguing of particular symbolic motif, my aim here is to further generalize the interpretative ambitions of iconology by asking it to consider the idea of the image as such».[3]
En este punto es importante explicar la diferencia que Mitchell opera entre la image y la picture, términos que no encuentran un equivalente en la traducción española. La picture es un objeto o un soporte material en el cual se representa una imagen, la image es lo que aparece en la picture, es decir lo que pertenece a la memoria y a la narración y que por tanto puede aparecer en otros media. Una image puede ser gráfica (picture, esculturas o diseño), óptica (la imagen reflejada y los espejos), perceptiva (los datos sensibles y los tipos de apariencia), mental (sueños, memoria, ideas, etc.) o verbal (metáforas y descripciones). Como observa Hans Belting en su construcción de una “iconografía de la mirada”, la descripción elaborada por Mitchell acerca de la image podría aparecer en cuerpo, en memoria y en imaginación.[4] La imagen por tanto, siendo una entidad abstracta se reconduce a la noción de “motivo” elaborada por Panofsky, según el cual una imagen conduce a reconocer por medio de la percepción algo familiar, pero la supera individuando el objeto o la imagen real, la idea o la imagen mental y la palabra o imagen verbal. Así la palabra “hombre” designa el signo fonético, pero también la imagen real del hombre y la imagen mental de él. La palabra escrita “hombre” es por tanto «the translation of speech into a visible code».[5] A partir de este simple cuadro Mitchell argumenta que no existe diferencia entre el arte de la palabra y la imagen: «My argument here will be twofold: (I) there is no essential difference between poetry and painting, no difference, that is, that is given for all time by the inherent natures of the media, the object they represent, or the laws of the human mind; (II) there are always a number of differences in effect in a culture which allow it to sort out the distinctive qualities of its ensemble of signs and symbols».[6]
La posición teórica de Mitchell muestra de ese modo que la imagery conectada a la imagen, al lenguaje y a la mente es una cuestión cultural, social y política. En este contexto el imaginario que se constituye alrededor de la representación contradice la posición crítica desarrollada durante el positivismo según la cual la imagen era un medio perfecto y transparente para poder representar y entender la realidad. En la Iconología de Mitchell, el lenguaje y la imagery se vuelven medios enigmáticos y nada transparentes: la image es un tipo de lenguaje arbitrario sujeto a un proceso de mistificación ideológica y consecuentemente a infinitas traducciones de tipo cultural.
[1] William J. T. MITCHELL, Iconology. Image, Text, Ideology. Chicago: University of Chicago Press, 1986, p. 3.
[2] Ibídem, p. 1.
[3] Ibídem, p. 2.
[4] Cfr. William J. T. MITCHELL, Pictorial Turn. Saggi di Cultura visuale, Michele COMETA (ed.), Palermo: Due punti Edizioni, 2008, p. 9.
[5] William J. T. MITCHELL, Iconology. Image, Text, Ideology. Ob. cit., p. 27.
[6] Ibídem, p. 49.