INTERVIEW De las formas mínimas. Entrevista con Camila Landon | VICTOR DA ROSA

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En una reflexión sobre el teatro de títeres, el dramaturgo argentino Maurício Kartun dice que el titiritero, con la posibilidad de construir y manipular mundos particulares, es una especie de pequeño Dios. El teatro de lambe-lambe –que sería la miniatura de la miniatura– y también un museo de muñecos, en este sentido, pueden ser imaginados como dos variantes de este poder ficticio, pero también material, del titiritero. Camila Landon, actriz, titiritera y directora de la Compañía chilena OANI, colectivo dedicado a las formas animadas, nos informa, a través de esta breve entrevista realizada por e-mail, del teatro de miniaturas y de un museo de muñecos, el Teatromuseo, que funciona en Valparaíso, en Chile.

 

V: En tu trayectoria empezaste trabajando como actriz. Después de un tiempo, desde 1998, entraste en la Cia OANI, que se dedica exclusivamente al teatro de animación. En estos doce años, la Cia OANI realizó trabajos bastante diversos dentro de la vasta propuesta del teatro de animación. ¿Qué te llevó a a dedicarte a los muñecos?

C: Mis orígenes están en el teatro de actores, o con actores. Durante 6 años trabajé exclusivamente como actriz en montajes primero de la Universidad ARCIS y luego con una compañía independiente. Tuve mi primer acercamiento al teatro de muñecos durante mi residencia en México (1996-1998) con Matilde Altomaro, hija de titiriteros argentinos. Allí fui participe de un espectáculo que mezclaba actores y muñecos, allí construí mi primer objeto manipulable. De vuelta a Chile me volqué en la danza Butoh con la pionera compañía chilena Aucabutoh (1998-2000). Ingresé en OANI el año 1999 gracias a la perseverante insistencia de mi colega Valeria Correa (actriz) y Alejandro Mateluna (titiritero), fundadores en el año 1998 en la ciudad de Santiago de Chile.

Me aventuré a tocar un muñeco como forma de experimentación a nuevas técnicas e ideas que deseaba aplicar. Fue en el año 2001 cuando estrenamos “La Balsa de los Muertos”, teatro de muñecos de manipulación directa de varillas para adultos, espectáculo que nos permitió dar un salto significativo en lo referente a puesta en escena y dramaturgia (adaptación de la obra para actores de Harald Mueller). Esta creación nos permitió viajar y residir en Brasil durante 5 años, recorriendo festivales  especializados que allí se realizan. En 2007 volvimos a Chile a establecernos en la ciudad puerto de Valparaíso. Desde entonces nuestro núcleo ha experimentado crecimientos y extensiones, nuevas creaciones y realización de importantes proyectos nacionales. Hemos experimentado y desarrollado nuestro pensar creativo perfilando un lenguaje particular que nos define como agrupación.

V: Se puede decir que la Cia OANI experimenta las distintas posibilidades que ofrece el teatro de animación. Después de La Balsa de los Muertos, que hace uso de la técnica de manipulación directa, la Cia pasó a dedicarse al teatro de Lambe-Lambe, con pequeños espectáculos sobre la vida en Valparaíso. ¿Podrías hablar un poco sobre la experiencia con el Lambe-Lambe?

El Lambe-lambe entró en nuestra estética y lenguaje cuando residimos en Brasil. En cada festival se podía ver a un titiritero con su creación, su cajita. Estas historias, tan variadas como las personas, me emocionan porque con la simplicidad de elementos y recursos logran tocar una fibra que ninguna otra expresión del arte alcanza. Es particular y personal: sólo para ti. Lo difícil es que la creación la haces, por lo general, tú solo. No hay nadie que te presione a estrenar tu primera caja, y el proceso puede llegar a ser eterno. Destaco también la independencia que este teatro te proporciona.

V: En 2007, la Cia OANI pasó a formar parte de un colectivo en Valparaíso, el Teatromuseo. ¿Como surgió este espacio?

C: Me encontré a Víctor Quiroga, actor, payaso y director del Teatromuseo del Títere y el Payaso, quien fue mi compañero de escuela de teatro en la universidad. Este personaje estaba parando un teatro en una antigua capilla de San Judas Tadeo. Junto a su mujer, Paulina Beltrán, tenían el sueño de construir un espacio donde los titiriteros y payasos pudiesen reunirse a conversar y presentar sus espectáculos. A pulso vistieron la capilla de colores y equipos, ganando pequeños proyectos de impulso al turismo. Al ver este espacio me identifiqué con el sueño y comencé a colaborar. Al año de vida del Teatromuseo conformamos un equipo organizativo, el Colectivo, formado por 5 personas. El Teatromuseo del Títere y el Payaso crea y desarrolla, para la comunidad nacional e internacional, un museo de exposiciones permanentes, una escuela de intercambio y una sala de teatro profesional. Básicamente este espacio se dedicó a fomentar la asociación de compañías y personas vinculadas a las dos disciplinas artísticas: títeres y payasos. Consecuentemente ganamos dos grandes proyectos de los fondos de cultura del gobierno de Chile, con los cuales pudimos generar trabajo para muchos asociados y producir 4 encuentros internacionales. Hoy el Teatromuseo tiene como visión Fundar en Valparaíso el TEATRO ESCUELA del Títere y el Payaso.

V: El espacio lleva también el nombre del Museo porque cuenta con una exposición permanente de muñecos. ¿Podrías hablar un poco de esta idea? ¿Cómo surge la exposición?

C: El Teatromuseo se distingue de los demás teatros de Chile debido a que ofrece al público una exposición permanente y renovable de títeres y de payasos.  Esta idea surge ya que el primer apoyo que el espacio recibió fue de unos fondos para el fomento del turismo en la región de Valparaíso. Fue entonces cuando surgió la idea de encontrar un atractivo, un plus que atrajera a caminantes de todas partes.

Esta idea está en vía de perfeccionamiento. Aún no conseguimos el tiempo para transformar las exposiciones en muestras profesionales con características de museo. Tenemos, por tanto, un proyecto mas urgente: el de fundar el Teatro-Escuela del Títere y el Payaso. Una idea que está en proceso desde hace más de un año.