Ramin Haerizadeh (Teherán, 1975) es probablemente junto con su hermano Rokni, el artista iraní más odiado por el gobierno de su país porque consideran que su irónica creación artística contiene un alto porcentaje de irreverencia religiosa y política.
Fuerte, simpático, amable y siempre de excelente humor, Ramin trabaja sobre base fotográfica a la que añade collage y elevadas dosis de crítica y humor. En sus imágenes mezcla elementos históricos del pasado persa con aspectos contemporáneos preñados de sátira y denuncia. Como si fueran reminiscencias del pasado, motivos tradicionales de tapices, pinturas, esculturas y sutiles miniaturas persas, surgen en su obra para denunciar el exceso, el lujo y la extravagancia en el poder de ayer y de hoy. Sus obras tienen un cierto componente kitsch, pero también político, subversivo y, a veces morboso, pero nunca es banal ni carente de mensaje y, por supuesto, siempre envuelto en un sarcástico humor negro que le convierte en el fotógrafo maldito para el gobierno iraní. Su iconografía es variada y profusa y, según algunos moralistas, excesivamente lasciva, incluso rozando la irreverencia. Manipulando digitalmente las fotografías hasta desfigurarlas, convierte históricas imágenes o situaciones sociales de otros tiempos en plena actualidad del siglo XXI.
Durante los primeros años de su carrera artística, el Ministerio de Cultura y Orientación Islámico no obstaculizó su trabajo, pero todo cambió cuando Ramin presentó en el 2008 la serie titulada Men of Allah. La obra está inspirada en el Tazieh, un género teatral muy antiguo, de contenido religioso y naturaleza trágica que conmemora el martirio y muerte del Imám Hussein en la batalla de Karbala (Irak) y se representa durante el mes de muharram[i]. Mediante fragmentos de cuerpos distorsionados, Ramin Haerizadeh crea auténticos espectáculos visuales para poner en evidencia extrañas nociones de moralidad islámica en la esfera de poder del Irán de hoy. Cargadas de sutiles referencias eróticas, busca la fórmula para ridiculizar el enorme secretismo que desde hace siglos ha rodeado siempre la homosexualidad. Utilizando recortes de fotografías de su rostro barbudo y yuxtaponiendo imágenes parciales de sus extremidades, el artista realiza serpentinos efectos tecnológicos al fusionar connotaciones hiper-realistas con imágenes que sugieren personajes históricos de tradiciones antiguas que, año tras año se celebra en las ciudades de Irán.
Ramin Haerizadeh: De la serie Men of Allah
Es evidente que a Haerizadeh le gusta trabajar aspectos que en Irán están considerados como auténticos tabúes: sexo, homosexualidad, erotismo, amor, placer…Esta mezcla de explosión carnal y misticismo religioso, de morfología humana y burlesco sadismo enfureció las altas esferas clericales y políticas iraníes y, tras un viaje profesional a París decidieron, por miedo[ii], no regresar a Irán, instalándose en Dubai. Tras cierto tiempo en esta capital y, cuando pensaban estar viviendo y creado en libertad, justo antes de inaugurar su primera exposición individual en la Galería Isabelle van der Eyden de Dubai, una persona del equipo de mantenimiento encontró los fotogramas de Men of Allah, preparados para llevar a imprenta y proceder a realizar el catálogo de la exposición en la que se presentaría esta serie. Horrorizado por las imágenes de hombres con labios pintados de rojo carmín y cuerpos desnudos, el trabajador llamó a la policía. Ramin fue amenazado con ser detenido y deportado de nuevo a Irán, y la galerista obligada a someterse a unas normas culturales más ortodoxas que prohibieran estas inmoralidades. Ambos prometieron destruir aquellas ofensivas imágenes, pero el catálogo ya estaba en marcha y acabó editándose.
Tras esta primera polémica serie, vendrían otras. Ramin empezaba a encontrarle gusto a crear imágenes con las que levantar polvareda y, tras participar con Men of Allah en la exposición Unveiled: New Art From the Middle East en la nueva Saatchi Gallery de Londres, inició la serie I’ll Huff and I’ll Puff, basada en aspectos de la historia iraní que abarca desde el reinado del Sha Reza Pahlevi, el monarca de la tiranía y el lujo hasta la Revolución del ayatolá Jomeini. El artista se inspira en lo que sucede o ha sucedido en su sociedad, en acontecimientos políticos, económicos y sociales de su país. El objetivo de su cámara está siempre dispuesto a captar aquello que le sorprende, intriga, preocupa o enoja y añade su particular punto irónico. Con recortes de revistas de sociedad de la época, muestra imágenes del Sha Reza Pahlevi y su esposa esquiando en los Alpes suizos, paseando por Washington, circulando en moto por París o descansando en los verdes valles de Irán.
Es bastante habitual que los iraníes abandonen la ciudad en fines de semana en busca de aire fresco hacia los valles del norte de la ciudad, a los pies de los montes Alborz. La familia se sienta sobre sus sofrehs, se descalzan y con las piernas cruzadas comen la comida que han traído preparado de casa. Es lo que Haerizadeh propone con su Lunch on the grass, un auténtico picnic compartido con la Emperatriz Farah Diba, emula el déjeuner sur l’herbe de Monet mientras el artista muy sonriente, sostiene en sus manos la corona de su majestad. Haerizadeh utiliza su propio rostro semioculto tras un chador femenino para representar en este gran formato de 200x300 cm, al núcleo conservador que ha dado forma al Irán de hoy y, al mismo tiempo, evidencia como el hecho de ocultar la figura de la mujer tras un chador, no fomenta su modestia ni su piedad.
Ramin Haerizadeh: Lunch on the grass (2010)
En Dance Me to the End of Love, una técnica mixta y collage vemos a un rígido[iii] pero siempre apuesto y elegante Sha y una no menos seductora emperatriz bailando con un pequeño Haerizadeh con chador delante de la bandera iraní, en cuyo centro el artista ha situado la cabeza de un elefante[iv]. En la obra, un cuadríptico de 250x400 cm destaca un fondo en los dos paneles laterales realizado con recortes de fotografías hechas durante una manifestación pro-derechos humanos en Tabriz; mientras que los dos paneles internos muestran imágenes de una marcha a favor de Jomeini en Teherán.
Ramin Haerizadeh: Dance Me to the End of Love
En Queen and I, una técnica mixta sobre tela de 200x300 cm, Ramin se apropia de un fotograma de la película The queen and I de Nahid Persson Sarvestani[v] donde aparece la soberana con la directora y la suplanta con su propia imagen cubierta con chador. Con estas imágenes del Sha y la Emperatriz, el artista alude al desencanto iraní que vio como después de derrocar a un dictador, otro líder volvía a sumir al país en una situación parecida a la de la anterior dictadura. Porque es cierto que cuando el Sha abandonó Irán se acabó una dictadura, pero empezó otra con un nombre diferente y mucho más peligrosa, porque la revolución que prometía libertad, justicia e igualdad, se ocultaba detrás del nombre de Alá. Unas promesas que jamás se cumplieron y tras la guerra iraní-iraquí, cayeron en saco roto.
(Izquierda) The Queen and I de Ramin Haerizadeh | (Derecha) The Queen and I de N.P. Sarvestani
Haerizadeh se divierte manipulando su rostro y haciéndolo aparecer en todas sus obras en diferentes actitudes. Una “colisión” de imágenes que evocan la atmósfera enrarecida que vivió el país durante los años del gobierno del Sha. Sin embargo, la mayoría de los iraníes creen que el régimen islámico independientemente de quien gobierne, posee unos patrones estructurales de los cuales se sirve dependiendo de cual sea la situación. Suavizan su actitud en momentos críticos para tranquilizar a la población y sofocar su actitud reivindicativa o al contrario, reactivan las medidas represoras contra su sociedad, argumentando tomar medidas contra los odiados enemigos de occidente. Haerizadeh dice haciendo referencia a los años de abusos y férrea dictadura con el Sha, de violencia y represión con Jomeini y de censura, incertidumbre y falsedades durante el gobierno del anterior Presidente Ahmadineyad: Siempre es exactamente lo mismo. Entre el Sha, Jomeini o Ahmadineyad, sólo ha cambiado la forma[vi].
Pudo ser y pudo no haber sido…[vii] como dicen los inicios de los cuentos persas, la vida de la emperatriz iraní es vista a través de la mirada del artista. En Where every Cinderella story comes true, nos muestra como Farah Diba, aquella joven estudiante de arquitectura que el Sha conoció en el bulevar Raspcil de París y de la que se enamoró, resucita bajo el mito de Cenicienta. Ataviada con el vaporoso vestido de la protagonista del cuento, baja apresuradamente las escalinatas del palacio del príncipe como si se tratara del Palacio de Niavaran, hoy convertido en museo y en visita obligada de turistas deseosos de ver el lujo contenido entre las paredes de la que fue la residencia oficial de la familia Pahlevi durante 38 años.
Ramin Haerizadeh: (Izquierda) Where every Cinderella story comes true | (Derecha) Where you are the fairest of them
En Where you are the fairest of them, la vemos descansando en el bosque disfrazada de seductora Blancanieves mientras conversa en actitud risueña con los animalitos de Shahr-E-Ghesseh que hacen las veces de enanitos del bosque. A menudo el artista otorga a Farah Diba un papel protagonista en sus creaciones artísticas y aunque siempre analiza a la emperatriz bajo un prisma irónico y crítico, nunca carga excesivamente las tintas contra ella, mostrando ese lado más humano y amable que el del Sha, posiblemente por su especial amor al arte y su dedicación a la cultura. Dicen que a pesar del rencor acumulado en el corazón de los iraníes hacia el Sha y su esposa Farah Diba, considerados como verdaderos símbolos de represión y despilfarro de la corrupta “etapa Palhavi”, parece que en lo referente al arte y la cultura, el país evolucionó de forma positiva gracias a la emperatriz que estuvo más pendiente del aspecto cultural de su país.
Discretamente y siempre a la sombra del Sha, se relacionaba con los más reconocidos intelectuales del país y durante sus años en la monarquía jugó un papel importante en el terrero artístico. A ella se debe la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Teherán, que abrió sus puertas en 1977, tan sólo dos años antes de la llegada del régimen islámico. El museo alberga obras de reconocidos artistas nacionales e internacionales que la emperatriz había ido comprando a golpe de talonario moshir y mashar[viii] aconsejada por el galerista suizo Ernst Bayeley.
En 2010 Ramin Haerizadeh presenta en la Galeria Thaddeus Ropac de Paris, la exposición Be Crowned with Laurel in Oblivion. Con la serie We choose to go to the moon, recupera la figura del Primer Ministro Mossadeq, destituido tras el golpe de estado perpetrado por la Cía americana en colaboración con Gran Bretaña.
Ramin Haerizadeh: We choose to go to the moon
Gracias a complejos e ingeniosos montajes, vemos cómo Haerizadeh, siempre enfundado en un chador de mujer, saluda amigablemente al primer ministro Mossadeq. Es su peculiar e irónica forma de expresar su criterio político, su postura a favor del intento de democracia iniciado por el desaparecido ministro, truncada tras el golpe de estado. Como fondo de la obra, un panel con fotografías de Ahmadineyad y recortes de periódicos con noticias de manifestaciones de la revolución verde tras las elecciones del 2009. Ramin Haerizadeh no tiene más que palabras de elogio y admiración hacia el líder que protagonizó la única posibilidad de democracia iraní. Probablemente fue una figura demasiado grande, competidora y laica para la época y aunque los hechos sucedieron muchos años antes de que él naciera, conoce la historia de su país y lo que perdieron.
En su constante preocupación por todo lo que incumbe a la sociedad de su país, Haerizadeh tiene presente la situación de la mujer y su dificultad para liberarse de las ataduras físicas y mentales a las que desde años se ve sometida. Porque desde que en 1979 se obligara a la mujer a vestir el hijab han pasado más de treinta años y la situación no ha cambiado demasiado. O más bien nada. Hoy la reivindicación del uso del hijab ha servido para legitimar la desigualdad de género y ha sido hábilmente utilizado por su gobierno para desviar la atención de los problemas sociales, políticos y económicos por los que atraviesa desde hace años el país.
Todos saben que en la etapa del padre del Sha era una obligación descubrirse para parecer occidental, siendo años más tarde una obligación cubrirse justamente por lo contrario, para no parecerlo…y Ramin Haerizadeh ridiculiza en obras como Bad Hijab, Hijab-art o Our choice or our right, la obligatoriedad en la vestimenta femenina contrastándolo con productos occidentales. Obras con las que crispó los nervios de los más conservadores y encolerizó a los dignatarios de las altas esferas iraníes por la manera como ironiza la forma cómo debe vestir la mujer para no ser censurada e incluso presa por los Guardias de la Revolución o los bassidjis en plena calle, o los hábitos de consumo de la juventud iraní.
Ramin Haerizadeh: (Izquierda) Bad Hijab (3) (Derecha) Hijab-art
En Hijab art, el artista hace una sátira de las absurdas dificultades que se encuentra una mujer si no lleva adecuadamente su indumentaria islámica. Vemos de nuevo a Herizadeh vestido de mujer y con el hijab mal colocado, razón por la que “otro Herizadeh” disfrazado de Guardiana de la Revolución, le amonesta en plena calle y pretende llevarlo preso. Las jóvenes “mal veladas”, son injuriadas y castigadas y, después de dos avisos, encarceladas en Monkerat, el centro de detención teheraní reservado a los delitos de costumbres, es decir, donde son conducidos los detenidos por llevar ropa inadecuada por la calle, en actitud poco recomendable o hallados en posesión de alcohol o drogas.
En Our choice or our right Haerizadeh vuelve a hacer una sátira burlesca sobre el hijab. Con una punzante ironía el artista reivindica en esta obra el derecho de la mujer a que pueda practicar el deporte que desee. Y lo hace en primera persona al vestir la prenda obligatoria al tiempo que practica el remo, uno de los deportes que ha estado prohibido a las mujeres, incluso con chador.
Ramin Haerizadeh: Our choice or our right
Los problemas a los que se enfrentan las mujeres deportistas en Irán no sólo se relacionan con la vestimenta. También tienen poco acceso a los recursos y la mayoría de los clubes abren sólo para ellas durante la mañana para los entrenamientos, mientras están abiertos durante todo el día para los hombres[ix]. Además el gobierno iraní no hace excepciones sobre el uso del velo para eventos internacionales y el Comité Olímpico Internacional tiene sus propias reglas sobre el vestuario permitido en los Juegos Olímpicos. En julio del 2011, la FIFA prohibió a la selección nacional femenina iraní jugar un partido de fútbol contra Jordania clasificado para los Juegos Olímpicos porque las jugadoras iraníes llevaban un chándal blanco y un pañuelo que les cubría la cabeza y las orejas, respetando las leyes musulmanas. El equipo iraní perdió el partido sin jugarlo. Pero no solamente les prohíben su práctica. También ven mermado su derecho como espectadoras, porque aunque son grandes aficionadas a los deportes, especialmente el fútbol, no pueden entrar en el estadio. Pero no solamente les prohíben su práctica. También ven mermado su derecho como espectadoras, porque aunque son grandes aficionadas a los deportes, especialmente el fútbol, tienen vetada la entrada en el estadio[x].
Faezeh Hachemi, hija de Ali Akbar Hachemi Rafsanyani, Presidente de la República Islámica de Irán entre 1989 y 1997, gran feminista y defensora de los derechos de la mujer, ha luchado sin descanso por conseguir la eliminación que prohíbe a la mujer practicar deportes. Gracias a ella, hoy las iraníes que lo desean, pueden correr, nadar, remar, practicar la equitación, incluso ir en bicicleta y jugar al fútbol. Pero entre chicas, en espacios deportivos sólo para ellas, cubiertas debidamente y ante un público exclusivamente femenino.
No cabe duda que cuando Ramin Haerizadeh se manifiesta a través de su arte, no solamente está protestando contra un régimen corrupto y opresor, sino que está intentando demostrar al mundo que los iraníes son gente absolutamente normal y que son sus gobernantes los que dan la imagen al mundo de lo que el pueblo no quiere dar ni ser.
[i] El Muharram: محرم es el primer mes del calendario musulmán, y en él está prohibido luchar. Su nombre deriva de haram, prohibido, y algunos musulmanes ayunan durante todo el mes, al igual que en el Ramadán.
[ii] Hasta mediados del 2009, los hermanos Haerizadeh vivieron y trabajaron en su Teherán natal. Pero en primavera de este año, mientras estaban en París con motivo de su exposición 'Raad-o-Bargh' en la Thaddeus Ropac Gallery, recibieron una llamada telefónica de un amigo aconsejándoles que no volvieran a Irán. El Ministerio de Cultura y Orientación Islámico había censurado y retirado todas las obras que de ellos pudieron encontrar, incluso en residencias privadas. Conscientes de que podían enfrentarse a la cárcel o a algo incluso peor, decidieron instalarse temporalmente en Dubai (Emiratos Árabes), donde todavía residen, en una especie de limbo geográfico y existencial
[iii] La razón de esta rigidez es el chaleco antibalas que siempre llevaba el Sha desde que en 1949 sobreviviera a un atentado que -dicen- cambió su carácter. Un joven que fingía ser fotógrafo de prensa le disparó seis veces a corta distancia. Cuatro balas se perdieron, la quinta le rozó la mejilla y la última le dio en el hombro.
[iv] En la obra de teatro, Shahr-E-Ghesseh que se realizó en 1967 doce años antes de que se implantara la Revolución Islámica de Jhomeini, cada animal representaba el papel de una figura social, a la que ridiculizaba. Todos los animales llevaban una máscara, excepto el ratón y la cucaracha que vivían una apasionada historia de amor que indicaba la pureza de espíritu de los jóvenes. El Zorro representaba al clero y el Elefante representaba al Rey.
[v] SARVESTANI, Nahid Persson, es autora, además del mencionado The Queen and I, de diversos documentales sumamente polémicos para el régimen islámico. Prostitution Venid the veil, My Mother -A Persian Princesss-, The End of the Exile y The Last Days of Life, por los que fue arrestada y encarcelada en Irán. Nacida en Irán, vive desde hace años en Suiza y tiene la nacionalidad suiza.
[vi] Declaraciones del artista en la entrevista personal concedida el 18/03/2011 en su estudio de Dubai.
[vii] Equivale a los comienzos de nuestras historias y cuentos “Érase una vez”…
[viii] Moshir y mashar es un proverbio o dicho iraní que significa “consejera” y “aconsejada”.
[ix] En Teherán hay seis veces más canchas de tenis para hombres que para mujeres.
[x] La película Offside, del director Jafar Panahi muestra este problema durante el partido de fútbol celebrado en el Estadio Azadí de Teherán, cuando un grupo de chicas se disfrazan de chicos para poder burlar la vigilancia policial de las entradas al campo.