Deriva en Sabadell - Conversaciones y reflexiones con el dúo artístico Bestué y Vives | PEDRO DONOSO

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En el momento exacto en que el termómetro alcanza la máxima temperatura se enciende el proyector en los jardines de la Universidad de Barcelona. Sobre la pantalla, estratégicamente colocada bajo una bóveda formada por la abundante vegetación, aparece una vista aérea de una ciudad periférica. Son las cinco de la tarde del pasado viernes 9 de julio y acaba de comenzar el tercer encuentro de la serie AKADEMIA que Interartive ha organizado con el objetivo de crear una plataforma de encuentro entre artistas e investigadores interesados.

La introducción del último trabajo del dúo formado por David Bestué y Marc Vives, Sabadell, sirve para abrir el debate. Se trata de un nuevo ensayo sobre lo cotidiano que, basándose en una estructura matemática, propone un recorrido por dicha ciudad catalana, siguiendo a ocho personajes distintos, según se van encontrando unos con otros. De pronto, como parte de una coreografía, la  ciudad de Sabadell se transforma en un escenario sobre el que se desarrolla una trama de relaciones premeditadas y azarosas al mismo tiempo. Premeditadas, porque siguiendo un diagrama geométrico previamente escogido, los artistas establecieron una pauta concreta para hilar los sucesivos encuentros de un personaje con el siguiente. El empleo de un diagrama como método de acceso a la multiplicidad de un conglomerado urbano recoge el referente ofrecido por Georges Perec en La vida instrucciones de uso, que se sirve de la yuxtaposición de los espacios que conforman las habitaciones de un edificio para encaminar el desarrollo de la trama de relaciones entre los distintos habitantes del lugar.

La especialidad de la casa del dúo Bestué/Vives es, sin duda, el tratamiento del instante, la fascinación por micro-momentos de revelación en la vorágine de la vida diaria. Humano y humorístico a la vez, Sabadell escenifica una serie de charadas, ocurrencias, situaciones metafóricas de la vida urbana más común y corriente en un lugar que nunca ha aparecido destacado, un lugar simplemente real. Desde esa óptica Sabadell sigue los pasos de las 'acciones' desarrolladas por el dúo, proporcionando pequeños episodios de ironía y subversión de los parámetros de la normalidad.

“No queremos discurso” es uno de los puntos que se encargan de remarcar durante el encuentro en el jardín. Saliendo al paso de cualquier reclamación política, ambos artistas insisten en un distanciamiento crítico sobre los efectos de su trabajo, lo que no deja de ser irónico en una propuesta en la que se leen numerosos guiños al Situacionismo. Imposible no recordar las intenciones de Guy Debord al analizar una investigación como Sabadell, que bien podríamos calificar de “psicogeográfica”. De hecho, las palabras iniciales de la Introducción a la crítica de la geografía urbana publicada por Debord en septiembre de 1955, ofrecen el mejor acceso al nuevo trabajo de Bestué y Vives:

De todos los acontecimientos en los que participamos, con o sin interés, la búsqueda fragmentaria de una nueva forma de vida es el único aspecto todavía apasionante. Es necesario desechar aquellas disciplinas que, como la estética u otras, se han revelado rápidamente insuficientes para dicha búsqueda. Deberían definirse entonces algunos campos de observación provisionales. Y entre ellos la observación de ciertos procesos del azar y de lo previsible que se dan en las calles.

Esta “búsqueda fragmentaria de una nueva forma de vida... en las calles” implica una intervención sobre los límites que marcan los modos de funcionamiento convencionales dentro de la existencia en una sociedad urbana. “Nos interesaba buscar dentro de la idea de límite para ver hasta dónde se puede llegar”, en palabras de David Bestué. No se trata de estrategias de choque ni de exaltación ideológica, sino de un impulso de relectura del espacio tal como la revisión que Benjamin ofrece con la figura del flâneur.

De pronto, con todas estas herramientas a la mano, una ciudad periférica enterrada bajo el tedio característico de sus típicos habitantes se revela como un espacio lleno de misterios, de zonas inexploradas, de relaciones exactamente tan posibles como las que actualmente predominan en Sabadell entre sus personajes. En esa lúdica posibilidad de apreciar otra cara de lo real, de citarse con lo aún desconocido, surge una capacidad transformadora revolucionaria. Nuevas formas de relación urbana sacan a la luz posibles situaciones no contempladas entre un banquero y una peluquera, entre una burguesa y un hombre musculoso, entre un abuelo y una niña en un parque. A veces funciona, a veces no. Algunos de los episodios son más elocuentes que otros. Ahora, lo que resulta más atractivo es el planteamiento de una forma de vida urbana desconocida mediante una nueva disposición de vasos comunicantes para activar las energías de los habitantes. La típica imagen insípida de Sabadell se torna huidiza y, súbitamente, por un golpe de imaginación, una urbe que suele aparecer como un lugar de bajo perfil, una población adormilada y plomiza, despierta como el escenario perfecto para las acciones más disparatadas. ¿Sabadell? Sí, Sabadell, “municipio español de la provincia de Barcelona en Catalunya poblado por 206.493 habitantes.”¿Quién lo diría?

 

Ver: http://www.interartive.org/akademia.htm

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